Título: MENDOZA: PRODUCTORES TEMEN QUE SE DESBORDE EL RIO MENDOZA EN LAVALLE (18/10)(Los Andes)
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Argentina - 18/10/2005
Entre Gustavo André y La Asunción, en Lavalle, el cauce del río Mendoza es una bomba de tiempo. En ese tramo peligran 500 hectáreas de uvas finas, varios puestos de chivos y un humilde caserío sobre las cuencas
Entre Gustavo André y La Asunción, en Lavalle, el cauce del río Mendoza es una bomba de tiempo. En ese tramo peligran 500 hectáreas de uvas finas, varios puestos de chivos y un humilde caserío sobre las cuencas. Hacia el Sur, el lecho está embancado con aguas servidas y pastizales. Hacia el Norte, los médanos de arena tapan el puente de la Ruta 142. Si el dique Potrerillos abre sus compuertas las pérdidas serían totales como pasó ya hace dos décadas.
Atentos al riesgo que corren, un grupo de viñateros advirtió al Departamento de Irrigación sobre la situación en que se encuentra la zona. Hace más de un mes la carta dirigida al superintendente Lucio Duarte detallaba que “entre el lecho del río y la parte inferior del puente sólo hay 0,30 cm de luz”, pero entonces no obtuvieron respuesta.
El río Mendoza está tapado de arena a la altura del puente de la ruta 142.
La reacción vino después de una nota dirigida al ministro de Obras Públicas, Francisco Morandini donde los vecinos pidieron investigar la venta de combustible de los vehículos de Hidráulica a mitad de precio. Y al mismo tiempo describieron cómo los operarios “se pasaban el tiempo comiendo chivos y las máquinas no funcionaban más de 4 horas por día”.
“Con la máquina que mandaron no alcanza para sacar los millones de metros cúbicos de arena que hay. Dentro del cauce del río han crecido tamarindos que ya tienen diez cm de diámetro”, explicaba Magín Mayol, uno de los viñateros preocupados por evitar el desastre eventual.
Para el productor, el recuerdo todavía está latente. En 1985 el agua que no encontró su curso por el río embancado se desvió, tocando los racimos de uva de su vecino. En esa ocasión superó el metro veinte de altura.
Juan Ortubia y Reynaldo Blanchard, lugareños preocupados..
“Estuvimos una semana con el agua estancada”, agregó Reynaldo Blanchard, quien también tiene viñedos finos cercanos a la zona de Puertas Negras.
En ese punto, los cañaverales y el agua servida de la depuradora de Capotejo forman una trinchera para el eventual caudal que se libere desde Potrerillos.
Al avance natural de la vegetación que obstaculiza el paso del agua, se le suma la acción de algunos particulares. Tal es el caso de los Yamín que desviaron el curso del río para aprovecharlo en sus tierras, según confirmaron desde la Dirección de Hidráulica.
“Hace 25 años que soy tomero. Acá Hidráulica llega cuando el problema ya está instalado, pero nunca para prevenir el peligro”, cuenta Juan Ortubia, un lugareño que conoce como la palma de su mano el comportamiento de las crecidas.
Inquietos ante la desidia, los viñateros pensaron en encarar ellos mismos la limpieza del cauce. Pero la epopeya fue descartada por los costos imposibles de asumir. Una hora de pala mecánica les costaría alrededor de 70 pesos.
“Nevadas imprevisibles”
Según el director de Hidráulica, Luis Guisasola, “no se puede prever de un año para el otro cuánto va a nevar. Es cierto que estamos sobre la fecha pero no podemos liberar el agua de los diques por las dudas, para que limpie los cauces de forma natural. Nos faltan maquinarias. Tenemos cinco topadoras para toda la provincia”, confió.
De todos modos, sobre el puente de la ruta 142 aseguró que reforzarán las tareas con una topadora D8 capaz de cargar 45 toneladas.
“Inspeccionamos con la gente del municipio y de Irrigación desde San Pedro y San Pablo en Costa de Araujo hasta la Laguna del Rosario. Vamos a intervenir en cuatro puntos porque este verano el agua va a llegar hasta la laguna. Por eso vamos a mantener las defensas”, aseguró.
Por ahora, el viento es el único encargado que barre los montículos de arena que taponean el curso del río.
Fuente: Los Andes.com.ar
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