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Título: LA CONTAMINACION CAUSA ESTRAGOS EN PECES DE DOS ARROYOS EN ENTRE RIOS (23/03)(La Capital)
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Argentina - 23/03/2006
Letal. Funcionarios provinciales dicen que la ley prohíbe expresamente realizar la fumigación aérea cuando hay viento
Lizi Domínguez / La Capital
Rosario del Tala (Entre Ríos).— Personal dependiente de la Secretaría de la Producción entrerriana constató dos casos de contaminación ambiental en arroyos cercanos a esta ciudad, donde desde hace largo tiempo se produce una constante mortandad de peces.
Los pobladores que habitan sobre el arroyo Calá —al este de Rosario del Tala y próximo a las localidades de Rocamora y Basavilbaso, en el departamento Uruguay— denunciaron la aparición de cientos de peces muertos, en su mayoría sábalos de gran tamaño —de tres kilos de peso como mínimo— y la consecuente presencia de olores nauseabundos.
Según se pudo saber, este problema data de más de veinte años y se habría comprobado que su origen radicaría en los efluentes que vuelca en ese curso de agua la firma Manfico SA, que tiene su planta ubicada sobre la ruta provincial 39, a la altura del kilómetro 192, que elabora alimento balanceado a partir de huesos, vísceras y sangre de aves. Estos desechos serían los que generan los malos olores mencionados que se perciben a más de 500 metros de distancia.
Entre mayo y noviembre de 2004, organismos estatales provinciales junto al municipio de Basavilbaso, la junta de gobierno de Rocamora y la Facultad de Ciencias de la Salud dependiente de la Universidad Nacional de Entre Ríos realizaron un exhaustivo control del funcionamiento del establecimiento, del cual derivó un estudio en el que se corroboran las denuncias de los vecinos.
Por ese entonces, el Estado entrerriano intimó a Manfico a realizar tareas tendientes a modificar la situación y en noviembre de 2005 la Dirección de Desarrollo, Ecología y Control Ambiental realizó una nueva inspección, la cual reveló que hasta ese momento se había cumplido parcialmente con la planificación de obras prometida, por lo que los desechos continuaban ocasionando malestar en la población.
Ante la nueva aparición de una enorme cantidad de peces muertos y los insistentes reclamos de los lugareños, a principio de este mes personal de esa dirección provincial volvió a la planta industrial para verificar los avances en la aplicación de las medidas de tratamiento, recorrió un tramo del arroyo, observó su estado general y tomó muestras del agua.
Por su parte, inspectores de la Secretaría de Asuntos Agrarios y Recursos Naturales, viajaron al lugar y tras entrevistarse con los vecinos pudieron determinar que “la mortandad de peces no es producto de la aplicación de agroquímicos —como sospechaban algunos— sino que se debe a la contaminación que ocasionan los efluentes de Manfico SA, y así se lo notificamos a sus propietarios de la firma. Esta empresa se comprometió a hacer una serie de mejoras y tiene plazo hasta abril próximo para finalizarlas”, señaló a La Capital Carlos Noé, director del área de Producción Vegetal de Entre Ríos.
Otro caso
Por otro lado, los habitantes de la zona rural entre Rosario del Tala y Maciá, que viven cerca del arroyo Obispo, denunciaron la semana pasada la aparición de otra gran cantidad de peces muertos en la superficie y lo atribuyeron a las fumigaciones aéreas que se realizan en un campo de las inmediaciones.
Fiscalizadores de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios y Recursos Naturales se constituyeron en este lugar y establecieron “que hay alguna transgresión en la aplicación de plaguicidas”, sospechando que “la principal causa fue la deriva, es decir, que se fumigó habiendo viento, lo cual está prohibido por ley”.
Según explicó Noé a La Capital “los inspectores se pusieron en contacto con el productor dueño del campo y el contratista que lo siembra, y dieron con los responsables de la fumigación, a quienes notificaron de la infracción, por lo que de acuerdo a las normativas vigentes tienen 10 días para hacer el descargo correspondiente”.
El funcionario comentó que las sanciones que se aplican a los responsables de este tipo de infracciones pueden ser multas de 300 a 10 mil pesos —de acuerdo al daño ambiental que se ocasione— o la quita de la matrícula que los fumigadores deben tramitar obligatoriamente en la Secretaría de la Producción de Entre Ríos, que los habilita para operar.
Paraje histórico
El arroyo Calá nace de vertientes y desagua en el río Gualeguay. En los montes de algarrobo y ñandubay que lo bordean tenían su principal toldería los indios bohanes (de la familia de los charrúas). Según cuenta la historia popular, el indio Calá era un niño charrúa que desapareció mientras jugaba en la orilla de un arroyo cercano a la localidad de Rocamora. La búsqueda desesperada de sus padres finalizó cuando lo hallaron ahogado en dicho afluente. Se dice que desde entonces por las noches se escucha una voz que repite: “Calá, Calá, Calá”.
Este arroyo tiene un significado doblemente histórico para Entre Ríos: en sus orillas el general Justo José de Urquiza, después del pronunciamiento del 1º de mayo de 1851 en el Uruguay, estableció el campamento del Ejército Grande con el que realizó la campaña contra Rosas; allí mismo el general López Jordán organizó las tropas entrerrianas en abril de 1870 —a raíz del asesinato de Urquiza— para luchar con las fuerzas nacionales que envió el presidente Domingo Faustino Sarmiento a título de intervención. Este enfrentamiento terminó en diciembre de 1876 con el encarcelamiento del caudillo revolucionario después del combate de Alcaracito. |
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