 |
|
Título: MENDOZA: LAS COSTAS DE LAGOS, RIOS Y ARROYOS (23/03)(Los Andes)
|
Argentina - 23/03/2006
La promoción turística que las provincias realizan a nivel nacional frecuentemente contiene promesas de difícil cumplimiento.
La promoción turística que las provincias realizan a nivel nacional frecuentemente contiene promesas de difícil cumplimiento. En fotos o filmaciones se suelen mostrar lagos y arroyos que aportan la posibilidad de que las personas puedan gozar de ese paisaje sin muchos impedimentos. Un picnic o una reunión junto a una rumorosa corriente de agua, o a la vera de un espejo que refleja montañas, nubes y árboles, es algo que interesa sobremanera a quienes provienen de regiones donde esos paisajes son escasos o inexistentes, y buscan en tales sitios el descanso y el esparcimiento que deberían constituir para muchos la culminación de un año de intenso trabajo.
El problema se suele suscitar cuando quienes van a la búsqueda de esos sitios, que en lugares como Mendoza existen de manera abundante, encuentran que es muy difícil, cuando no imposible, llegar a arrimarse a la vera de esos cursos de agua o lagos.
La razón principal estriba, en la mayoría de los casos, en que los propietarios de lugares aledaños ocupan las riberas de los cauces y los espejos de agua y delimitan sus predios de forma tal que se hace imposible para cualquiera, no solamente los turistas provenientes de otras zonas, sino en nuestro caso a los propios mendocinos, siquiera arrimarse al lugar deseado.
El lote con una casita para fin de semana o vacaciones, con proximidad a un arroyo o lago, es un sueño que muchos habitantes de esta provincia y este país pueden llegar a ver cumplido. Pero, a eso suelen agregar derechos que exceden los que acuerdan las leyes y disposiciones vigentes, y lo hacen en detrimento de los demás.
No existe en la Argentina el concepto de costa privada sobre ríos, arroyos o lagos -el mar incluido. El acceso al agua es un derecho primordial de las personas, y no pueden erigirse barreras o cercos de forma tal que lo impidan.
Más aún, en nuestros códigos existen claras disposiciones en cuanto a la distancia en que se puede reivindicar derecho de propiedad en las proximidades de esos sitios.
A lo largo de cada curso o espejo de agua debe dejarse libre una franja de terreno que se denominaba en otras épocas camino de sirga, que era el lugar por donde se remolcaban desde la orilla barcos o botes -según lo que permitieran las condiciones de navegabilidad- y luego fue extendido al concepto de calle pública, es decir, una franja de terreno en ambas márgenes por donde pudieran circular personas o animales.
Vecinos de la localidad cordillerana de Las Carditas, en Potrerillos, han expresado su queja por estas circunstancias. Por un extenso tramo, se han realizado loteos en la vera del arroyo El Salto, y se hace imposible arrimarse al mismo, que ha pasado a formar parte de propiedades privadas. Incluso, accesos que pasaban entre los lotes hacia el arroyo, agregamos, han sido cerrados y llegaron a integrar parte de algunas de ellas. Los alambrados, en algunos casos, se extienden hasta dentro del agua. Y en ocasiones, hay casas edificadas dentro de los terrenos públicos que se suponen deben encontrarse a ambos lados del arroyo.
No es ese el único lugar donde esto sucede. Ya hemos indicado el caso de El Carrizal y otros embalses mendocinos, donde el exceso marca inapropiadas exclusividades.
Debemos agregar los desarrollos turísticos en zonas como el cañón del Atuel, donde tampoco se cumplen disposiciones vigentes.
Así, muchos hacen su negocio cobrando a los turistas por aproximarse a terrenos que son, en realidad, públicos.
Esto pasa en muchos de los lagos de la zona patagónica, donde ya no existe cómo aproximarse a algunos de los lugares más hermosos. Zonas enormes han sido cercadas y se impide el acceso de las personas en los términos que marca la ley.
Debe imponerse orden en este caso, nos referimos al de Mendoza, y controlar que en la satisfacción de intereses particulares no se violen los de la comunidad.
Las propiedades que se ubican en las proximidades de esos lugares deben estar cercadas por todos lados, incluso el que limita con la costa de la que muchos se han apropiado.
La advertencia vale también para la forma en que se disponga el aprovechamiento de uno de nuestros más prometedores lugares de desarrollo turístico: el perilago de Potrerillos.
Fuente: Los Andes.com.ar
|
|
|
 |
