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Título: LA PLATA: PROPONEN LIBERAR ARROYOS Y DEJAR MAS ESPACIOS VERDES PARA EVITAR INUNDACIONES
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Argentina - 10/03/2008
Ingenieros agrónomos de la UNLP aseguran que la solución para La Plata todavía es posible, pero no con las grandes obras hidráulicas ingenieriles.
Otra mirada de especialistas a un fenomeno preocupante
Ingenieros agrónomos de la UNLP aseguran que la solución para La Plata todavía es posible, pero no con las grandes obras hidráulicas ingenieriles. Dicen que se necesitan más áreas libres para que pueda infiltrar el agua. Pronostican que, de otra manera, la ciudad se inundará con menos lluvias
Nuevas obras de desagües pluviales y la limpieza y dragado de arroyos, como anunció la Provincia y el Municipio, son iniciativas que podrían no resolver la problemática de las inundaciones en la región. Esta mirada escéptica es la de un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quienes advierten sobre la necesidad de priorizar los espacios verdes y liberar los arroyos para evitar el colapso hidráulico.
“La solución para una ciudad como La Plata todavía es posible, pero no es la obra ingenieril, sino brindar una mejor calidad de vida a la gente mediante espacios verdes abiertos, áreas de infiltración y mejorando los desagües para evitar que se tapen con basura”, expresó el ingeniero agrónomo Jorge Lanfranco, a Hoy.
El especialista es director del departamento de Ambiente y Recursos Naturales de esa unidad académica, donde trabajan ingenieros agrónomos y forestales. Pero además participan con sus estudios ecólogos y geólogos de la misma Universidad.
Lanfranco se dedica al estudio de los problemas hídricos de La Plata desde 1987. Por eso recuerda episodios similares en que la ciudad quedó bajo el agua a causa de las lluvias. “Siempre se recurre a la misma herramienta que es el desagüe. Se elimina el agua con un caño cada vez más grande o mediante obras que aseguren el escurrimiento. Por el contrario, no se hacen trabajos para almacenar el agua cuando es un recurso muy necesario para las plantas y la actividad biológica”, observó.
Para el profesor, las intensas precipitaciones del 28 de febrero último no fueron las grandes causantes de la inundación. Según un registro de la Estación Pluviográfica del Area Departamental Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, al que tuvo acceso Hoy, ese día la intensidad máxima se registró entre las 15 y las 16.20, acumulando 120 milímetros de agua. De acuerdo a los especialistas de esa unidad académica, esto representa una intensidad media de 90 milímetros por hora.
“Cuesta explicar cómo en algunos lugares el agua alcanzó los 2 metros, porque el agua debería infiltrarse. Lamentablemente, eso no pasa sino que escurre y se concentra de manera rápida en los lugares más bajos de la ciudad”, afirmó el experto.
Para Lanfranco, el agua se mueve por la ciudad porque no existen superficies absorbentes. Una de las razones principales es la gran cantidad de asfalto impermeable que impide la infiltración en el suelo. Por eso, señaló que para los trabajos de pavimentación deberían utilizarse materiales que mitiguen el impacto de la impermeabilización. Sugirió construir pavimentos articulados (con adoquinado), o crear sistemas para que el agua se colecte en algún lugar y dé tiempo a la infiltración.
“El ex intendente (Julio) Alak repitió durante varios años que construyó mil cuadras de asfalto por año. Esto equivale a miles de cuadras de impermeabilización. Sin embargo, nunca escuché que dejara la misma cantidad en espacios verdes para absorber el agua”, manifestó el agrónomo.
Agregó que, a poco de asumir el intendente Pablo Bruera, presentó la propuesta del departamento para prevenir inundaciones al Municipio. “Les pareció fenómeno. Quedaron en llamarme pero no lo hicieron. No sé si les importa”.
Lanfranco señaló que en el Camino Belgrano, a la altura de 526, hay un puente de hierro por donde hace décadas circulaba uno de los brazos del arroyo del Gato. Con los años ese curso de agua fue entubado y el lugar se rellenó para construir viviendas de ambos lados. “¿La gente sabrá que está viviendo sobre el entubamiento de un arroyo, con toda la podredumbre que sale de las cloacas?”, cuestionó.
Para el especialista, los arroyos tendrían que estar en espacios abiertos, con pasto, donde el agua escurra. “Debería dejarse, como dice la ley provincial 8.912 de Preservación del Suelo, que las vías de escurrimiento queden libres. Que haya un espacio razonable a ambos lados del arroyo para que en épocas de inundaciones el agua escurra y no afecte a nadie”, apuntó.
El ingeniero marcó una diferencia entre La Plata y Buenos Aires respecto a los problemas hídricos. “En Buenos Aires ya está ediliciamente todo construido, acá no. Pero si no se reacciona a tiempo se va a llegar al mismo modelo. Todavía tenemos una gran cuenca de arroyos por salvar que pueden ser paisajes a disfrutar en el día de mañana y evitar el colapso”, concluyó.
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