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Título: MENDOZA: AUNQUE BAJO EL CAUDAL DE LOS RIOS AFIRMAN QUE NO FALTARA AGUA PARA RIEGO
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Argentina - 03/10/2007
Aunque disminuyó el caudal de los ríos mendocinos con respecto a años anteriores, no faltará agua para riego en los tres oasis que conforman el territorio cultivado de Mendoza,
Irrigación dio a conocer ayer el pronóstico de escurrimiento.
Aunque disminuyó el caudal de los ríos mendocinos con respecto a años anteriores, no faltará agua para riego en los tres oasis que conforman el territorio cultivado de Mendoza, según afirman desde el Departamento General de Irrigación. Este es el resumen del Pronóstico de Escurrimientos Hídricos anual que trascendió ayer.
La situación todavía no es mala, pero los funcionarios técnicos recomendaron seguir cuidando el agua, especialmente por el alto grado de contaminación que padecen algunos cauces y grandes canales, como el Guaymallén y el Civit.
“Podemos adelantar a los regantes que no les va a sobrar el agua, pero tampoco les faltará”, resumió el superintendente interino de Irrigación, José Luis López, quien sucedió en el cargo a Lucio Duarte.
Un ranking
De los seis cauces que forman las cuencas hidrográficas, la mejor situación la exhiben los ríos Mendoza y Tunuyán, con un pronóstico de escurrimiento de 1.480 hm3 el primero y de 940 hm3 el del Valle de Uco. Estos dos cursos han sido definidos en este momento con un régimen hidrológico medio, pero en la temporada 2005/2006, el primero exhibió un registro extraordinario, con 2.274 hm3, y en el período 2006/2007, la marca fue de 1930 hm3. Lo mismo ocurrió con el Tunuyán, que hace dos temporadas dio 1.510 hm3, bajó a 1.233 hm3 en la primavera pasada y ahora se estacionó en 940 hm3.
Si el volumen del Mendoza y Tunuyán están en un registro medio, el caudal del sureño Diamante cayó a la categoría de pobre con 920 hm3, cuando había dado 1.793 y 1.485 hm3, en 2005 y 2006, respectivamente. Es decir, casi un 20% de los niveles normales. En tanto, en los ríos Atuel, Malargüe y Grande, el régimen es medianamente pobre o, lo que es igual, un 10% por debajo de los promedios históricos, que fueron de 1.115, 328 y 3.561 hm3. Ahora se situaron el registro de 1.010, 290 y 3.100 hm3.
Pero los funcionarios de Irrigación insistieron con que no habrá problemas para los regantes, ya que además de los escurrimientos calculados, los embalses de los diques (como Potrerillos, El Carrizal y El Nihuil) tienen cotas altas, además de disponerse del beneficio de salir de un ciclo hidrológico rico.
Los especialistas determinaron que los volúmenes a escurrir de todos los ríos se encuentran dentro de la media histórica y por debajo de la media y son concordantes con las características de las nevadas del invierno que acaba de finalizar.
Las precipitaciones níveas comenzaron a mediados de abril, continuaron durante mayo, fueron más copiosas en junio y julio, se mantuvieron en agosto y tuvieron un escaso aporte en setiembre.
Según explicaron el superintendente; el secretario de Gestión Hídrica, Alejandro Gennari, y el director de la misma área, Patricio Rodríguez, en el panorama de caudales de riego ha sido factor de peso “la forma en que se presentó el escurrimiento durante el período estival pasado, con altos caudales durante el lapso otoño-invierno”.
Estos pronósticos permiten manejar la distribución de agua y una vez más el agricultor mendocino dispondrá de la dotación necesaria para el buen crecimiento de sus plantas. Obviamente, tampoco habrá inconvenientes en el suministro de líquido potable, ya que en el principal curso, el Mendoza, está reservada una medida que oscila del 13 al 15%.
Empero, la presente temporada resultó de difícil pronóstico si se tienen en cuenta la diferencia de acumulación nívea registrada de norte a sur y considerando más aún que durante el ciclo 2006/07 los escurrimientos en la mayoría de las cuencas fueron ricos.
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