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Título: MENDOZA: EL APROVECHAMIENTO DE PROTRERILLOS (20/04) (Fuente: Los Andes)
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Argentina - 20/04/2005
Hace ya tiempo que la presa de Potrerillos está terminada -por lo menos en lo atinente al proyecto original- pero no presta la utilidad esperada
Hace ya tiempo que la presa de Potrerillos está terminada -por lo menos en lo atinente al proyecto original- pero no presta la utilidad esperada, ni la prestará hasta que se terminen las obras de construcción de un terraplén destinado a reforzar la estructura del dique, porque en parte está apoyado sobre terrenos que podrían no resistir en caso de un sismo de gran magnitud.
Todavía los mendocinos esperan que expliquen cómo se pudo incurrir en un error tan manifiesto al no evaluar correctamente los puntos de apoyo de la presa, circunstancia que ha llevado a que, por dos temporadas veraniegas, no pudiera ser llenada hasta su cota máxima y aprovechada su capacidad de almacenamiento de agua y de producción de hidroenergía.
Hasta que Potrerillos no sea llenada a su máxima capacidad su utilidad como reguladora del riego no podrá ser utilizada en plenitud, y como de la magnitud de la caída de agua depende la utilización de las turbinas generadoras de electricidad, tampoco debe esperarse el rendimiento calculado en las etapas de proyección del sistema.
Pero, tampoco se podrá disponer del lago para fines recreativos, ya que recién cuando el agua alcance su máxima altura, empape los terrenos circundantes y estos terminen por asentarse, se hace muy dudoso pensar en erigir cualquier tipo de estructura de aprovechamiento público en las márgenes del lago, que en conjunción con el majestuoso aporte de la zona cordillerana constituye uno de los lugares turísticos de principal aprovechamiento en Mendoza.
No ha obstado ello para que intereses contrapuestos se hayan puesto en juego para hacerse con el dominio de las inmediaciones del lago, y si esta situación no es controlada nos encontraremos con lo que ya se experimenta en algunos de los más hermosos lagos de la Patagonia, donde sectores privados, en contravención a expresas disposiciones nacionales, se han apoderado de las márgenes y niegan el acceso de otras personas a los espejos de agua o cobran jugosas sumas para permitirlo.
En Mendoza se experimentan circunstancias similares, aunque menos descontroladas, en las márgenes del lago de la presa El Carrizal: los mejores puntos de acceso al lago no fueron adjudicados a personas o empresas privadas, sino a organizaciones intermedias de bien público. Pero, en definitiva, los efectos son muy similares a los de nuestras provincias sureñas: pagar para poder arrimarse al lago.
Desde que la obra de Potrerillos se puso en marcha tras décadas de vacías promesas, hemos venido advirtiendo que debe garantizarse que el pueblo de Mendoza, verdadero financista de la obra, ya que es de su bolsillo de donde ha obtenido el Gobierno lo invertido y piensan hacerlo los capitales privados que ejecutaron los trabajos, tenga acceso irrestricto al lago y que sus actividades sean reglamentadas de acuerdo con las leyes y estatutos vigentes, pero no por el capricho o el interés de presuntos propietarios o concesionarios de selectos trozos de sus orillas. El concepto de playa privada no existe en la Argentina en este tipo de espacios, y mal se haría en permitir que se llegara a los excesos exclusivistas que se registran en el sur argentino.
Recién ahora, y cuando se avanza en las tareas del terraplén que, si alguna vez es terminado, podrán permitir que las aguas alcancen la máxima cota, se dispone el gobierno de Mendoza a conformar una comisión que se encargue de ordenar la explotación turística del dique. Participarán en esa comisión el Ejecutivo, los municipios ribereños e Irrigación.
Será misión de esa comisión, esperamos, resistir las presiones que provendrán de entidades no oficiales, tanto de bien público como privadas, de hacerse con selectos sectores del perilago. Si bien esos intereses deben ser contemplados en bien del desarrollo turístico de la provincia, proporcionando a los visitantes, e incluso locales, la posibilidad de contar con sitios con comodidades adaptados a la realidad nacional e internacional en la materia, no menos merecen los del ciudadano común, que ve en Potrerillos una obra de todos, para beneficio de todos y no de unos pocos.
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