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Título: TUCUMAN:El agua en Chuscha tendría pesticidas..
Argentina - 29/01/2005

INSTALACIONES QUE NO FUNCIONAN. La planta potabilizadora está colmatada de barro y además no se le añade cloro al líquido.
Niegan que haya más enfermos


Luis Díaz, delegado comunal de Choromoro -del que depende Chuscha-, también reconoció que el principal problema del pueblo es que el agua no es potable. “Tenemos que cambiar todo el sistema potabilizador. En un principio había sido concebido para 80 familias y hoy tenemos 156, por lo que es insuficiente. La situación se agrava porque después de un sismo uno de los piletones se agrietó y no funciona más. Ya pedimos al Sepapys una solución, pero seguimos esperando”, explicó. Díaz aseguró que no se registraron casos de diarrea porque la población ya aprendió a clorar el agua. El ministro de Salud de la Provincia, Juan Manzur, que visitó el Caps sorpresivamente, reconoció que no estaba al tanto del problema del agua, y dijo que la situación es grave. “Es fundamental la potabilización porque es la base de la salud”, añadió.

La gente de este pueblo del norte tucumano piensa que podría estar envenenada con agroquímicos.

Localidad de Trancas. En el CAPS admitieron que hay muchos niños enfermos y pidieron que se hagan análisis. En el río se lavarían mochilas para fumigar cultivos.

Abrir el caño es una invitación al riesgo. En Chuscha, Trancas, el agua es tan sucia que contendría hasta el veneno que se usa para fumigar los cultivos de la zona.
Los médicos dicen que el agua potable es lo mejor para curar y evitar enfermedades. Será por eso que en este pueblo del norte tucumano, los casos de diarrea se suceden sin descanso.
En la localidad, ubicada a 67 kilómetros de la capital, los vecinos sufren desde hace más de un año por el agua contaminada. Pero es la única que tienen y la necesitan, cuenta Mercedes Yapur. “El agua es marrón y aquí los chicos viven con diarrea”, agrega. “Muchas veces ni siquiera sale una gota del caño, cuando crece el río”, añade.
Estela Massa se anima a hacer una denuncia más fuerte: “aquí los agricultores lavan las mochilas con las que fumigan los cultivos en el río La Higuera y de ahí sale el agua que llega a las casas”. Estas versiones también llegaron al CAPS que funciona en el pueblo. La doctora Norma Cansinos, quien trabaja allí, lo sabe. “Tomamos muestras de agua porque a simple vista se nota que no se puede consumir. Pedimos que se hagan análisis”, cuenta.

Hepatitis y otros males
En el centro del pueblo, el año pasado hubo una epidemia de hepatitis y enfermedades epidérmicas. A pesar de que aseguran que los casos de diarrea no son alarmantes, los lugareños sostienen que cada vez hay más. El camino para llegar es de tierra (ruta provincial 312) y la pobreza castiga a casi todos los 600 habitantes de Chuscha, que pertenece a la comuna de Choromoro. No suena el teléfono, aunque las antenas de TV directa aparecen en techos de casas prefabricadas. La calle está casi vacía; pero, puertas adentro, son innumerables los reclamos por la falta de agua potable. Carlos (5) y Milagros (7) tienen un fuerte dolor de panza y diarrea. Su mamá, Juana Ruiz, les cocina arroz. “Aquí ya estamos acostumbrados a que los chicos se enfermen a causa del agua”, dice. Las manos de sus hijos están sucias y sus cuerpos llenos de tierra. “Prefiero que estén mugrientos, porque si se lavan con esta agua se van a enfermar más”, añade. Yaneth Casas tiene sólo 11 años. En medio de dos largas trenzas, su rostro guarda la inocencia de toda niña de pueblo. “No sé por qué, pero en la escuela siempre los chicos vomitan o faltan muchos días. Para mí que se enferman. El agua es fiera; tiene un gusto raro y como que tiene arenita (sic)”, contó.

Vacaciones arruinadas
A los pocos veraneantes que hay en la zona, el agua contaminada también los afectó. Patricia Rodríguez del Busto, que tiene una finca en la localidad, comenta que 12 de las personas que están en su casa tuvieron diarrea en los últimos días. “El agua es imprescindible para todo tipo de higiene y si no es buena afecta a la salud de alguna forma, ya sea al bañarse, al lavarse los dientes y las manos, o al cocinar”, expresa la mujer, mientras espera que la médica termine de revisar a su hija.
Un grupo de chicos de Cáritas de Bella Vista y de San Pablo, que acampa en la escuela de Chuscha, también se enfermó. Daniel Rigazzio, uno de los encargados de la visita, relata que desde que llegaron, hace tres días, muchos de los niños tuvieron problemas estomacales; incluso la cocinera del viaje debió ser medicada porque tenía vómitos y diarrea.
Algunos vecinos cuentan que prefieren caminar tres kilómetros para conseguir agua del dique La Higuera. Allí el problema no cambia, porque, según el oficial del pueblo, Justo Mauricio Herrera, ese líquido tiene desperdicios y animales muertos.


Reconocen que en la planta no se coloca cloro

“En estos piletones el agua se contamina en vez de potabilizarse”, se queja Rosa Méndez. Su esposo, César, tiene serios problemas de salud a causa de consumir el agua de Chuscha y de La Higuera.
La pareja vive justo al lado de la planta potabilizadora que hay en el pueblo. El encargado, Roberto -no quiere dar su apellido-, reconoce que no le está echando cloro al agua y que debería hacerlo, para el buen funcionamiento de la planta -porque está colmatada de barro-, y que el líquido no es apto para el consumo. “Pero la gente me pide que no corte el agua porque la necesitan”, relata.
Según Roberto, la planta es comunitaria y depende del dinero que los habitantes pueden abonar y del cloro que envían desde el Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento (Sepapys). “La gente no paga y el Sepapys no envía el cloro. Hago lo que puedo”, cuenta dolido.

Tienen que ir a buscarlo
El interventor del Sepapys, Adrián Cúneo Vergés (hermano del legislador del PJ, José Alberto Cúneo Vergés), reconoció que en Chuscha el agua no se potabiliza, e informó que están haciendo un proyecto para restaurar la planta. “Entregamos el cloro, pero tienen que venir a buscarlo porque no podemos enviarlo. Y de Chuscha no viene nadie a retirarlo”, aclara.
Miguel Reginato, presidente de la Unión de Rugby de Tucumán y de los veteranos de rugby (son quienes reconstruyeron el CAPS del pueblo hace dos años), remarca que desde hace tiempo es alarmante el problema del agua en Chuscha.
“Quisimos arreglar la planta, pero sólo nos pusieron piedras en el camino”, relató. Cúneo Vergés respondió que nunca le ofrecieron ayudar, ni limpiar la planta potabilizadora. “Nos encantaría que colaboren”, enfatizó.

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Programa Estratégico de Acción para la cuenca Binacional del Río Bermejo
Proyecto Implementación de GIRH para el Pantanal y Rio Paraguay
Programa Marco para la Gestión Sostenible de los Recusos Hídricos de la Cuenca del Plata
Proyecto de Gestión Integrada y Plan Maestro Cuenca del Pilcomayo
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