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Título: PROVOCA ESTRAGOS EN PARTE DE EUROPA LA PEOR SEQUIA EN DECADAS (27/06)(La Nacion)
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- 27/06/2005
Afecta sobre todo a España, Portugal y Francia; surgen disputas por el agua
MADRID.- El verano siembra temor en países de Europa occidental, no sólo agobiados por las primeras olas de calor, sino, sobre todo, por la sequía más dura en sesenta años.
El fenómeno, que causa ya pérdidas agrícolas por más de 1000 millones de euros en España y que, según autoridades portuguesas, mermó en un 70% el rendimiento de su cosecha de cereales, proyecta reducidos márgenes de defensa. Sobre todo, con la caída hasta del 50% de las reservas de agua en embalses, lo que motivó restricciones en regadío y consumo.
La desesperación por un poco de agua disparó batallas internas entre regiones. Por caso, vecinos de Castilla La Mancha están en pie de guerra contra los de Murcia, con quienes disputan lo que puedan obtener de la mermada cuenca del río Tajo. Y hasta hay sospecha de compatriotas que se roban el agua entre sí.
En Francia, donde hace dos años murieron más de 20.000 personas por las altas temperaturas, el ministro de Salud, Xavier Bertrand, lanzó un plan de alerta tras registrarse marcas inusuales en regiones del noroeste, con varios días consecutivos en que la mínima no baja de veinte grados.
La ola también comenzó a causar problemas en Bélgica y en regiones de Alemania, mientras que Italia encendió la alarma de sequía ante el nivel del Po, el gran río del norte del país, al que considera "demasiado bajo" para el mes en curso.
Las autoridades intentan lidiar con el problema sin causar alarma. "La situación es severa, pero no para caer en pánico", dijo la ministra de Medio Ambiente española, Cristina Narbona. "Aún estamos lejos de los niveles que, hace dos años, causaron víctimas fatales", dicen en Francia.
Distinto se vive el castigo desde los puntos más sensibles de la sequía. "Nosotros sacamos a las ovejas del establo pero sólo para pasearlas, como quien lo hace con el perro. Porque no hay un solo bocado verde para que puedan comer", dicen -por caso- en la comarca de Farlete, 300 kilómetros al nordeste de esta ciudad, por la misma ruta que lleva a Zaragoza.
Son apenas poco más de tres horas de viaje para llegar al que los expertos consideran el único paraje auténticamente estepario de Europa occidental, conocido en el mundo no tanto por los camiones cisterna que ahora le dan agua, sino por ser el escenario elegido para filmar anuncios en los que un auto corre por un desierto surcado por un solo camino solitario.
"La pesadilla no es ésa, sino la multiplicación de soles que, sobre el mapa de España, pone el hombre del pronóstico meteorológico en el telediario. Como que no llueva, nos morimos", dice su gente. Entre ellos, José Ramón Calvo, que de niño y durante la Guerra Civil fue allí mismo pastor de ovejas y que no recuerda, dice, "otra seca como ésta".
Las estadísticas le dan la razón. En el primer cuatrimestre, España tuvo un 22% menos de lluvia que en el período 93/95, que signó la última sequía grave, hasta que fue superada por ésta. Los embalses de toda la península están apenas por encima del 50% de su capacidad, lo que hizo que la producción hidroeléctrica cayera el 47%, según datos oficiales.
"Estamos en un período de extrema sequía, no registrado desde 1947", coincidió el Instituto Nacional de Meteorología. España, al igual que buena parte de Francia, tuvo intensas nevadas durante el invierno, pero eso no bastó para recomponer las reservas de agua.
Granizo en Francia
Las previsiones climatológicas en Francia, en tanto, advierten sobre posibles tormentas con presencia de granizo. "Nada que ayude", suspiran los campesinos.
El Ministerio de Ecología advirtió que, este verano, la temperatura media podría incrementarse entre cuatro y siete grados como consecuencia de un efecto "más acusado" en el territorio nacional del llamado "efecto invernadero", de acuerdo con datos del Observatorio Nacional del Calentamiento Climático.
En lo cotidiano, el agua se convirtió en un bien escaso que suscita guerras internas. Castilla La Mancha, por ejemplo, no quiere saber de darla para regadío a la vecina Murcia, donde millones de euros en cultivos se mueren de sed. "Para beber, la que haga falta; para agricultura, ni un litro. Sería imprudente", dijo Máximo Díaz Cano, del gobierno regional.
Hasta se sospecha que los españoles se roban agua unos a otros. "Murcia pide, pero tiene mucha escondida y podemos probarlo", dicen en Castilla La Mancha. La referencia apunta a desesperados campesinos murcianos que la escabullen y esconden en "balsas" de goma. Los desconfiados castellanos las habrían descubierto con cámaras de alta sensibilidad.
También en las calles unos y otros guerrean por lo que pueden acaparar del mermado cauce del río Tajo. Nutridas manifestaciones públicas marcharon pidiendo agua, mientras que otras -igual de nutridas- dijeron que no la darían.
Otros claman por lo que les falta. "Es de justicia llevar el agua desde donde la hay hasta allí donde hace falta", dicen en Valencia, donde los gobernantes piden misas para que se fortalezca la cuenca del Júcar.
La provincia de Huesca es de las más afectadas, con comarcas sorprendidas al ver sus embalses al mínimo. Hacia el Sur, en Granada y Jaén se arrancan añosos ejemplares de olivo -los de la hoja de plata a los que les cantaba García Lorca- muertos por falta de agua. Situaciones tan extremas como similares se repiten por toda la península y en regiones de Francia. Y el verano recién comienza.
Por Silvia Pisani
Corresponsal en España |
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