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Título: MENDOZA: PIDEN OBRAS QUE EVITEN CRECIENTES EN ZONAS DE EL CARRIZAL (15/03)
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Argentina - 15/03/2005
Máquinas de Vialidad Provincial, apoyadas por otras de la Dirección de Hidráulica, comenzaron a reconstruir las calles de los kilómetros 48 y 49, en el distrito de El Carrizal
Luján de Cuyo. Máquinas de Vialidad Provincial, apoyadas por otras de la Dirección de Hidráulica, comenzaron a reconstruir las calles de los kilómetros 48 y 49, en el distrito de El Carrizal, que quedaron muy destruidas, especialmente la primera, después del aluvión producido el sábado pasado.
Esto se vio en la zona, a la que Los Andes concurrió por tercer día consecutivo. Máquinas enviadas por Vialidad (motoniveladoras y palas cargadoras) estaban abriendo el paso en las dos arterias, aunque en la conocida como “la 48”, los daños en su parte media son muy grandes y requerirán un proyecto definitivo de trazado que le asegure un futuro.
Esta fue la primera reacción oficial. Los trabajos fueron supervisados por el arquitecto Guillermo Bompadre, jefe de la Zona Norte de la DPV y el capataz del lugar, Jorge Ormeño.
Si bien los lugareños reconocieron esa gestión, ya sea porque Los Andes denunció el domingo los daños causados por el temporal o porque hubo una respuesta espontánea ante el desastre, todos en la zona señalan que si no se ejecutan obras definitivas, estos arreglos tendrán la condición de provisorios y cuando se produzca otra lluvia fuerte, caminos y propiedades volverán a ser presa de las correntadas salidas de sus vías naturales de escurrimiento.
Lo que se necesita de manera urgente y sólo como un primer paso, porque tal vez haya que hacer trabajos de contención en el pedemonte, es que se proceda a la limpieza del colector aluvional que toma los cauces que proceden de las cerrilladas, a muchos kilómetros al oeste del camino al sur provincial. Ese colector en parte no está limpio y en parte, a la altura del kilómetro 48 de la Ruta Nacional 40, en Anchoris, está interrumpido por las instalaciones de una ripiera. Entonces el líquido, cuando las precipitaciones son fuertes, se desvía hacia el Este cruzando la ruta y descargando su furia en vías de comunicación y terrenos cultivados. Lo previsible y correcto sería que el torrente que lleva ese colector (para algunos se llamaría Chañares Herrados) se volcara en el arroyo Los Pozos, que cruza la 40, y termina en el dique El Carrizal. Nadie se hace responsable de la interrupción de ese colector, situación que tiene muy nerviosos a los agricultores ubicados al este de la ruta 40, ya en jurisdicción de Carrizal de Arriba. Desde hace tiempo se sabe en la zona que una forma de disminuir los efectos destructivos de crecientes es limpiar y acondicionar ese colector aluvional. No quita que esta sencilla operación de despeje y la conexión no se complemente con obras más arriba, es decir, donde se generan corrientes líquidas que terminan dañando las fincas y las arterias, a decenas de kilómetros.
“Lo que pedimos -dijo con lágrimas en sus ojos el agricultor, Paulino Maure (52 años, 8 hijos)- es que paren de ‘mandarnos’ el agua para acá; un día vamos a cerrar las alcantarillas de la ruta, para que no nos ahoguen”. Su impotencia y bronca se deben a que perdió el trabajo de un año como contratista de una finca grande de manzanas y tomate. La propiedad (y su ganancia) están embancadas y difícilmente pueda recoger alguna ganancia, después de un ciclo laboral completo.
Otra demostración de que si no se frenan y encauzan las aguas, muchas tareas son a pérdida, lo revela el hecho de que el jueves, dos motoniveladoras de Vialidad, estuvieron arreglando las calles, que poco después eran arrasadas por ríos de agua. “Hicimos un recorrido desde La Turbera (calle paralela al dique hasta la Ruta 40) abriendo y mejorando el paso, pero no duró nada”, comentó el capataz Ormeño.
Fuente: Los Andes.com.ar
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