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Título: RIO NEGRO: CUESTIONAN USO DE ARENISCA PARA DEFENSAS COSTERAS (07/05)(Rio negro)
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Argentina - 07/05/2007
Un estudio científico de hace 13 años, ordenado y pagado por la Autoridad de Cuencas, concluyó que las areniscas no son aptas para trabajos de defensas costeras, pero a pesar de eso, las siguen usando.
La AIC usa arenisca, sabiendo que no sirve
El prestigioso geólogo Enrique Tipping, quien diagnosticó la falla en El Chocón y comandó su reparación, realizó hace 13 años para la Autoridad de Cuencas un estudio científico de todas las canteras de la zona para evaluar la calidad de las rocas. Comparó requisitos de todo el mundo y concluyó que no es "aceptable" la calidad de la piedra arenisca que la AIC utiliza para las defensas costeras. Pero el DPA la usa, con dinero de ese organismo.
Un estudio científico de hace 13 años, ordenado y pagado por la Autoridad de Cuencas, concluyó que las areniscas no son aptas para trabajos de defensas costeras, pero a pesar de eso, las siguen usando.
El estudio fue realizado por el prestigioso geólogo Enrique Tipping, quien años atrás cobró notoriedad nacional al detectar el problema y diseñar la solución para la falla en la represa de El Chocón.
"En general, las areniscas de la zona son de muy pobres propiedades geomecánicas y solamente se han explotado en forma puntual aquellos afloramientos en los que participan estratos delgados de areniscas cementadas por carbonato de calcio que gracias a este último poseen un peso específico más elevado y una resistencia mecánica mayor. Sin embargo, aun estas últimas no reúnen características geomecánicas aceptables para su utilización como material de préstamo", afirmó el estudio que en setiembre de 1994 suscribieron Tipping y el geólogo Carlos Arias.
Tipping -quien desde hace varios años desempeña su tarea profesional en el exterior- dialogó con "Río Negro", acompañado por el ingeniero Juan Luis Gardes, quien era presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas cuando se le encomendó el estudio sobre calidad de las rocas disponibles en la región, en 1994.
"El estudio consistió en informamos de los requisitos que exigían para la roca en los distintos países del mundo -sobre todo en Europa y regiones con mucha experiencia en hidráulica- y relevar todas las canteras en explotación y las posibles en la cuenca de los ríos Limay, Neuquén y Negro, aguas abajo de las represas, que es donde se estaban proyectando obras de defensa", dijo Tipping.
El trabajo de campo insumió 20 días con un recorrido total de 5.200 kilómetros.
Tras desalentar el uso de areniscas -que es precisamente el tipo de rocas que el DPA -con dinero de la AIC- ha comprado durante años para realizar defensas costeras- el estudio de Tipping evaluó que la calidad de los basaltos disponibles en la región "se encuadran dentro de las exigencias" para tareas de enrocado, considerando aceptables también a los granitos y los gneises.
Tipping ponderó el sistema de defensas costeras con rocas, por ser más económico que construir bloques de hormigón, pero en el estudio indicó que su durabilidad depende de la calidad del material, además de cuestiones vinculadas con el tamaño de las rocas y con su adecuada trabazón. "Si eso no se cumple, en una crecida importante se puede producir roturas, arrastres y degradación, y hay que ver que este tipo de obras se hacen con pretensión de ser definitivas y no con la perspectiva de que haya que volver a hacerlo a los pocos años. Por algo conviene imitar a países que tienen una experiencia centenaria y hasta milenaria en esto", afirmó el geólogo.
"No entiendo por qué"
El ex presidente de la AIC, Juan Gardes, recordó que propuso contratar a Tipping al asumir, en 1994, al ver que los ensayos que se utilizaban para verificar la calidad del material no eran los habituales. "En particular me molestó que se distorsionara una norma IRAM tomada de otra internacional que se llama 'ensayo Los Angeles', que da un porcentaje de desgaste de la roca después de 500 vueltas en un tambor específico. Sin ningún criterio, el DPA había llevado esa norma en vez de 500 vueltas a 200 vueltas. No hay antecedentes de eso y no aparece ningún estudio que lo justifique", dijo.
Luego de que el doctor Tipping, de probada jerarquía en el mundo de la geotecnia nacional e internacional, concluyera su trabajo, "propuse al Comité Ejecutivo de la AIC hacer nuevas licitaciones con un material de mejor calidad que, aun cuando fuera en principio más caro, garantizara más durabilidad. Después de algunas discusiones, se comenzó con nuevas licitaciones, pero quedé en minoría (representaba al Estado nacional) y no pude seguir adelante con esta propuesta de mejorar la calidad de la roca", añadió Gardes.
Pero el tema no fue sólo eso: "Años después me encuentro que varias propuestas de calidad de roca mejor que las que se utilizaban eran descartadas, incluso aquellas que, siendo de mejor calidad, competían por tener un precio casi igual. Como agravante, me entero que habían reducido todavía más las normas del 'ensayo Los Angeles'. No alcanzo a entender por qué se sigue insistiendo en esas condiciones desventajosas", afirmó.
Como añadidura, en algunos casos en lugar de hacerse licitaciones abiertas, las licitaciones privadas requerían precisamente areniscas, por lo que ni siquiera se podía intentar competir ofreciendo basalto o rocas de mejor calidad.
Gardes concluyó que "hemos observado obras que tienen deterioro por la utilización de esa roca arenisca".
"La arenisca es más liviana en su peso específico que un basalto o un gneis, también influye el tamaño de la roca -a menor tamaño más fácil de remover-, la forma y el modo de colocarla para producir una trabazón, y nada de esto hemos visto en las obras que hemos mirado", agregó.
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