Título: ARGENTINA: EL SUR DEL CHACO, SIN AGUA Y EN LLAMAS (06/02)(Corrientes Noticias)
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Argentina - 06/02/2006
El departamento Tapenagá, zona ganadera en la provincia, está atravesando uno de sus peores momentos impuesto por una grave sequía que obliga a cuidar el líquido elemento como si fuera oro.
El paisaje es desolador
El paisaje es desolador en esta zona abandonada a la mano de Dios y transformada en un desierto, donde el aire se torna irrespirable por el polvillo y el humo de las quemazones que arrasan miles de hectáreas.
A los padecimientos de la población de la zona, especialmente de la zona comprendida por Charadai, La Sabana, Horquilla y Haumonia, el fuego comenzó a hacer estragos en la poca pastura que puede rescatar el ganado. Incluso obligó a la actuación de los bomberos de la ciudad de Villa Angela cuando las llamas destruyeron alambrados y pusieron en riesgo algún casco de estancia.
En tanto en la zona de Cote Lai el paisaje es otro porque fue beneficiado por la lluvia y esto se nota especialmente en la pastura.
En el foco de la crisis, los grandes ganaderos con más de 2.500 cabezas recurren a distintas alternativas como el traslado de hacienda a otras zonas chaqueñas e incluso fuera de la provincia; pero los medianos y pequeños productores pecuarios son los más expuestos a la inclemencia climática.
En la región se pueden apreciar aún hoy focos de incendios, animales muertos al costado de los tejidos. Un botón de muestra del duro momento que padecen los animales lo constituyen los insólitos ramilletes que conforman las vacas, terneros, caballos, chajás, tuyangos, teros, mbiguás y garzas, entre otros, compartiendo alguna aguada que aún resiste a la sequía. La desesperación por el agua los hace quedar empantanados en el fango al tratar de alcanzar un poco del líquido que va desapareciendo de la tierra.
Los numerosos riachos de la zona muestran apenas un hilo de agua en el mejor de los casos, en los otros un olor pestilente se levanta de los camalotales prácticamente secos donde las morenas, caracoles, ostras y peces se descomponen ante el ardiente sol.
Alerta en la zona
El intendente de Charadai, Eladio Fabián Aguirre, alertó sobre lo delicada de la situación provocada por la intensa sequía que prácticamente agotó el agua de los reservorios de la planta del Servicio de Agua Mantenimiento Empresa del Estado Provincial (Sameep). Como salida en la actualidad está utilizando el líquido que aún mantienen las represas del ex ferrocarril General Belgrano.
Reconoció Aguirre que la sequía golpea con mayor dureza a los medianos y pequeños ganaderos de la zona a quienes, en muchos casos, asisten con equipos municipales para proveerles de agua que se cuida como el mayor de los tesoros.
La tarea municipal en esta emergencia llega hasta Haumonia, Horquilla e incluso La Sabana a raíz de que desde hace meses no se producen lluvias importantes. El jefe comunal también advirtió con preocupación sobre los focos de incendio en la zona que terminaron de arrasar la poca pastura que se mantenía indemne. Estos incendios de campos se produjeron en la zona de Haumonia a unos 40 kilómetros de Charadai. Para graficar el duro momento que viven Aguirre precisó que "se ve mucho movimiento de hacienda hacia otras regiones en busca de pasturas y aguadas".
En cuanto a la población de 2.528 personas que tiene bajo su jurisdicción, dijo que aún tienen agua pero "seguimos de cerca el problema. Nos contactamos con la Administración Provincial del Agua e incluso Sefecha para lograr asistencia si se agotan los reservorios naturales". De todas maneras destacó optimista que "si se cumple la expectativa de la APA sobre que en marzo se regularizarían las lluvias podremos superar esta crisis".
LA PELEA DEL GUARANINÁ
En el establecimiento El Guaraniná Paseo Florencia, de Nélida Florencia Bertinat, gracias a su experiencia y esfuerzo todavía pilotea la crisis que golpea a la producción ganadera. Llegó a la zona hace 51 años, nació en Florencia (Santa Fe) pero la anotaron en Basail, por lo que es chaqueña. A pesar de sus 74 años Nélida Florencia saca adelante con un fuerte empuje su empresa pecuaria de menos de 2.500 cabezas en su campo de 1.040 hectáreas.
Lamentó que "hace mucho que no se producen lluvias importantes" y destacó que "nos estamos quedando sin agua en una de nuestras represas. Actualmente no tenemos mayores problemas con el agua para que tomen los animales pero sí los tenemos con los pastos".
La preocupación es justamente por la pastura porque en caso contrario tendrá que recurrir a la compra de forraje para mantener su principal capital: el ganado.
De todas maneras mantiene la esperanza de que "esto mejore para que no tengamos que invertir en forraje" ya que "en esta época ya teníamos que tener agua".
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