Título: ARGENTINA: FALTAN LLUVIAS Y HAY POCA AGUA EN CATARATAS (02/04)
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Argentina - 02/04/2005
Debido a la situación se suspendieron los paseos en lancha por el río Iguazú, que sólo tenía una tercera parte de su caudal habitual.
Debido a la situación se suspendieron los paseos en lancha por el río Iguazú, que sólo tenía una tercera parte de su caudal habitual.
BUENOS AIRES, 2 (NA). - La falta de lluvias en una zona del territorio brasileño provocó una notoria reducción del caudal de agua en las Cataratas de Iguazú, el cual se encuentra por debajo de las mínimas normales, según se informó ayer.
La altura en el río Iguazú que habitualmente marca 0,90 metros, el jueves estaba en 0,26, una marca similar a la registrada en los últimos cuatro días.
En tanto, en el Parque Nacional Iguazú no se podía establecer la altura exacta, porque la mínima que registra el hidrómetro, allí ubicado, es de 0,40 metros y la marca registrada es mucho más baja.
Los primeros efectos de la sequía fueron la suspensión de los paseos en lancha o bote por las aguas del río Iguazú, para apreciar desde allí el espectacular paisaje ofrecido por los saltos.
En ese sentido, se indicó que por la bajante se tornó peligrosa la navegación por esa zona.
Por el momento, los saltos de las Cataratas -un destino turístico que recibe visitantes de todas partes del mundo- mantienen su caudal en forma reducida, aunque el cauce del río puede notarse, a simple vista, mucho más pedregoso que lo habitual.
Según lo señalado por el suboficial Luis Osten, del destacamento local de la Prefectura Naval, "el río está muy bajo y hay poquísima agua como consecuencia de que no llueve en las cuencas brasileñas".
El promedio de agua que circula por el río Iguazú, a la altura de la represa brasileña Capanema, en los últimos días fue de 550 centímetros cúbicos por segundo, cuando lo normal suele estar entre los 1.300 y 1.400.
Lo que llama la atención, más que la bajante, que suele ser normal en esta parte del año, es la cantidad de días que se prolonga.
Sin embargo, la sequía está aún muy lejos de la que se produjo en 1978, cuando los saltos se quedaron con finos hilos de agua y las cascadas dejaron paso a la presencia de barrancas y cañones, cambiando la fisonomía habitual de las Cataratas.
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