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Título: SAN LUIS: LOS BAÑADOS Y HUMEDALES DE GUANACACHE EN TODO SU ESPLENDOR (20/01)(Diario de la República)
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Argentina - 20/01/2006
Se encuentran en el NORoeste de San Luis, en el lImite tripartito. Con una extensión de 10 kilómetros y 3 metros de ancho, actualmente alcanzan una profundidad de 40 centímetros debido al gran caudal que traen los ríos de deshielo.
Desde diciembre el histórico humedal de Guanacache, ubicado en el noroeste de San Luis, se encuentra con una gran cantidad de agua, que en determinados lugares supera los 40 centímetros de profundidad, debido al incremento en los cauces de los ríos de deshielo que bajan de la Cordillera de los Andes, hasta la nacientes del río Desaguadero.
Este rincón de la provincia, ubicado en el límite con las provincias de Mendoza y San Juan, que bordea el lado oeste del Parque Nacional Sierra de las Quijadas, cuenta, por estos días con una importante vegetación y variadas especies avifaunas como flamencos rosados. Estos bañados y ciénagas forman parte, además de la Depresión de los Huarpes, último reducto de asentamiento de esta cultura, donde aún hoy viven descendientes.
Los humedales son zonas en las que el agua es el principal factor que controla el medio, y con él la vida animal y vegetal. En sitios como éstos la tierra está cubierta por poca cantidad de agua, formando lagunas y bañados, que se integran a los grandes ríos de Cuyo.
A los de Guanacache en particular, se suma la presencia de la cultura huarpe, lo que lo convierte en hogar de una importante riqueza natural y cultural.
También, generalmente, sustentan una importante diversidad biológica y, en muchos casos, constituyen hábitats para especies seriamente amenazadas. Además regulan inundaciones y sequías, protegen contra fenómenos naturales, retienen sedimentos y nutrientes y estabilizan microclimas, según investigaciones realizadas por la Universidad de Rosario. Proveen agua dulce, un bien cada vez más escaso y requerido. Asegura este mismo estudio que la demanda de agua aumentaría un 650% en los próximos 30 años.
Si bien los humedales que se ubican al centro oeste de la provincia se encuentran, ahora, repletos de agua, no siempre será así, según explicó Juan Carlos Romero Gatica, quien fue galardonado por los premios “Destacados” que otorga anualmente El Diario de la República, por su trabajo en la fundación ambientalista Inti Cuyum. “En los últimos tiempos estos bañados y lagunas venían sufriendo un proceso de desecamiento que los había llevado a la casi total desaparición. Las causas que condujeron a esto fueron naturales y antrópicas: naturales por la erosión del suelo, que hace que el agua se escurra y se produzca una gran desertificación, que además, trae aparejado el surgimiento de más pobreza, porque al no haber agua o tierra para cultivar, la gente debe emigrar. Las causas antrópicas tienen que ver con la gran deforestación provocada por el hombre, que en nombre del progreso, buscó y encontró la forma de ganarle terreno a los ríos, de que los cultivos avanzaran sobre llanuras y esteros inundables y otros bastiones levantados en nombre de mayor progreso y un mejor futuro.
Recorrido por Guanacache
Una comisión de la fundación Inti Cuyum y el programa de Protección del Ambiente y Defensa Civil, hicieron un reconocimiento de los humedales y observaron que el agua proveniente del río San Juan, cuando llega a la naciente del Desaguadero, una parte se dirige al norte hasta la ruta nacional 20, que hace de dique artificial, desde allí penetran al territorio de San Luis y se extiende por más de 9 kilómetros y en su trayecto va encontrando, producto de la erosión y la desertificación, amplios barrancos que bajan al río Desaguadero, vaciando los antiguos lechos de las Lagunas de Guanacache.
La vegetación propia del árido, que se encuentra en el agua, presenta un toque insólito al paisaje, allí conviven, jumes, vidriera, zampas, retortuños, mancaprotrillos, chañares, con totoras y pastos verdes.
El agua transita los bañados de norte a sur, aislando todos los puestos que se encuentra en el interior durante cuatro a seis meses aproximadamente, pero transformando el área en un oasis fértil en medio del desierto.
“Si estos bañados y lagunas no se cuidan, el agua que está allí, que ahora es dulce, se salinizará, y no servirá. Todas las cuencas de abajo ya lo están. Hoy hay que cavar cerca de 100 metros para encontar un pozo de agua dulce en esa zona” alertó el ambientalista y explicó que para detener este proceso es necesario realizar obras como diques de contención y gaviones para retener el agua sobre el río Desaguadero, y evitar la erosión.
Este humedal puntano, digno de conservarse por su biodiversidad natural y cultural en la zona más desértica de San Luis, ha sido propuesto por la Fundación Inti Cuyum para que el Gobierno de la Provincia lo declare como humedal provincial e integre el sistema de áreas protegidas. Asimismo esta ONG ambientalista ha solicitado la inclusión de estos bañados al Sitio RAMSAR, lo que significaría integrar esta Convención que tiene como misión la conservación y el uso racional de los humedales, para contribuir al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo
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