Pasión por el Mar
Hace algunos años se descubrió que la bahía de Sechura era rica en conchas de abanico y miles de personas de esta localidad se dedican a la maricultura, o cultivo y cosecha de estas. La depredación del mar, la necesidad de llevar el pan a casa y los problemas sociales en torno a la organización de esta actividad están afectando a la concha y a quienes viven de ella.
Los trabajadores de la concha se dividen en asociaciones o trabajan de manera independiente. Estos últimos, de los que quedan pocos, son los que actualmente la tienen más difícil, pues no se les permite ingresar a sacar conchas de la zona donde abundan porque esta ha sido lotizada en corrales, los cuales son manejados por diferentes asociaciones y empresas. La zona que queda libre es llamada “la pampa” donde casi no hay conchas.
Dos personas dedicadas al mar: Jesús, “el tío chino”, de 60 años de edad y 43 años de experiencia profesional, y Antonio Carbonel de 18 años y solo con 1 año y medio de experiencia profesional. Ambos vienen realizando el trabajo de maricultura y su trabajo día a día es por la pasión que tienen en sus vidas por el mar. Trabajan en la bahía de Sechura, aunque no son naturales de ahí. Vienen de distintos lugares: Jesús de más al sur, de Pisco, y Antonio de más al norte de Sechura, de Tumbes. Ambos empezaron desde muy niños en este trabajo como guías y ahora trabajan como buzos.
Antonio y su padre tienen su embarcación con la que trabajaban normalmente. Ahora está sin motor, por lo que están trabajando de forma independiente y cada día se buscan la vida en el muelle, agarrando el trabajo que obtengan con cualquier embarcación.
Jesús pertenece actualmente a una asociación y trabaja de esa manera, aunque se inició como independiente, como todo el mundo. Perdió su embarcación debido al terremoto de 2011 en Japón y que llegó a estas costas en forma de grandes oleajes que destruyeron muchas embarcaciones más.
Estos personajes nos darán a conocer los problemas que afectan la maricultura y su gran pasión por el mar, al que nunca podrían abandonar.