|
Nicas y ticos tratan de sanar el Río San Juan Publicado en el diario nicaragüense
La Prensa. El Río San Juan, uno de los principales recursos naturales de Nicaragua. CIUDAD QUESADA, COSTA RICA.- Especialistas de Nicaragua y Costa Rica advirtieron que el Río San Juan, en territorio nicaragüense, necesita con urgencia protección ambiental e inversión social, porque ha crecido la contaminación en su cuenca y la sedimentación en su cauce. La cuenca del Río San Juan abarca parte de los dos países, pero su fuente de agua principal, el Lago Cocibolca, ya muestra profundidades menores a dos metros y a mayores distancias de la costa, cerca del puerto de San Carlos, donde desagua sobre el San Juan, indican datos del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter). Los ministerios del Ambiente y otras instituciones de Nicaragua y Costa Rica trabajan juntos en el proyecto “Pro Cuenca San Juan”, que prevé inversiones millonarias en los dos países, con financiamiento internacional, para desarrollar esa región fronteriza. “Las áreas costeras aledañas a la ciudad de San Carlos son poco profundas y esto puede ser producto de la acumulación de sedimentos”, dijo el especialista de Ineter, Sergio Cordonero. Por otro lado, Sandra León y Daniel Ballesteros, de la Universidad Nacional de Costa Rica, mostraron que el brazo del San Juan que se interna en Costa Rica, conocido allí como Río Colorado, es el que más arrastra suciedad. Por la cantidad de sedimentos de las dos corrientes que desembocan en el Mar Caribe, éstas podrían ser consideradas “como ríos de aguas en malas condiciones”, similares a los que tienen “cuencas altamente deforestadas”. En los afluentes que el San Juan recibe de Costa Rica, como el Río Sarapiquí, “el agua achocolatada (sucia) viene de las plantaciones de banano, y el agua limpia de las áreas protegidas”, indicaron. MIGRANTES EN MEDIO En el territorio nicaragüense que forma la cuenca del Río San Juan, bordeando el Lago Cocibolca, hay un movimiento constante de población migrante hacia las zonas boscosas aledañas al río y hacia Costa Rica. Allen Cordero, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), informó que en ocho cantones (municipios) de Costa Rica, que también forman parte de la cuenca del Río San Juan, hay 13 mil 787 hogares jefeados por inmigrantes nicaragüenses. Esos cantones son San Carlos, Upala, Los Chiles Guatuso, Sarapiquí, La Cruz y Pococí, donde residen 44 mil 657 nicaragüenses, el 53 por ciento de ellos hombres. “Cerca de una tercera parte de las viviendas donde habitan nicaragüenses presenta situaciones de hacinamiento”, dijo Cordero al describir la situación de los migrantes en el territorio norte de Costa Rica que influye en el Río San Juan. LA INVERSIÓN La protección del Río San Juan podría generar para Nicaragua y Costa Rica una inversión de 120 millones de dólares, dijo Carlos Echeverría, director de cooperación internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores costarricense. “Este no es un proyecto de agua, es un proyecto de desarrollo sostenible”, enfatizó Echeverría, quien celebró el hecho de que en la frontera sur nicaragüense estén cultivando cinco mil hectáreas de naranjas, para abastecer una planta agroindustrial situada en Costa Rica. Afirmó que los dos países han acordado ejecutar juntos 29 proyectos, para mejorar las condiciones sociales, económicas y ambientales de la frontera común. La economía de la zona del Río San Juan mejorará cuando el Gobierno de Nicaragua pavimente la carretera de Acoyapa a San Carlos y construyan un puente de 400 metros sobre el río, para cruzar a Las Tablillas, Costa Rica. “Ese puente lo donará Japón y ese proyecto no lo para nadie”, aseguró Echeverría. MÁS LODO EN INVIERNO El sedimento en suspensión que arrastra el Río San Juan es en promedio de 190 toneladas por día en el mes de enero, en la época seca; y aumenta a 763 toneladas por día en agosto, una época lluviosa, según muestran los estudios de Ineter. El arrastre de residuos o lodo en el cauce del San Juan, sobre todo en los meses de invierno, indica, según los especialistas, que está avanzando la frontera agrícola en Nicaragua, como consecuencia de la tala o quema del bosque virgen por agricultores migrantes. Las aguas del Lago Cocibolca y del Río San Juan también han perdido calidad, confirman estudios del Centro de Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA), porque tienen residuos de plaguicidas y combustibles, además de bacterias de origen fecal. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR), dijeron que la contaminación acumulada por los peces, todavía está por debajo del grado permitido y la población puede comerlos sin problema. Las plantaciones de naranjas para la exportación, ubicadas en territorio costarricense, usan un promedio de 23,14 kilogramos de plaguicidas por cada hectárea por año. Los cultivos de piña consumen un poco más, 24,55 kilogramos por hectárea. El Río Sábalos, otro de los afluentes del San Juan, es el que mostró más variedad y más altas concentraciones de contaminantes químicos durante la época lluviosa, señalan los estudios elaborados para Pro Cuenca. Ineter detectó que la zona de mayor arrastre de sedimentos en el Lago Cocibolca se localiza del Río Tipitapa a San Carlos, por lo que el lago se mantiene mezclado todo el año y es un indicio de que las tierras de la cuenca que provee agua al Río San Juan se desmoronan con las lluvias. En la cuenca nicaragüense del Río San Juan hay 36 municipios, mientras que en la cuenca de Costa Rica existen 16 cantones (municipios). DIEZ AÑOS MÁS Y NO SIRVE Los especialistas de los dos países coincidieron en que de nada sirve detectar la contaminación en las aguas del San Juan, si en las fincas agropecuarias de Nicaragua y el norte de Costa Rica siguen deforestando y botando desechos sin control. Las lecherías, por ejemplo, contaminan las aguas con bacterias. Jorge Pitty, del CIRA, afirmó que la contaminación del Cocibolca y el San Juan “todavía no es alarmante”, pero necesitan acciones urgentes para evitar un deterioro mayor. El problema, según Katherine Vamman, subdirectora del CIRA, es que la población nicaragüense requerirá, dentro de 10 ó 15 años, usar el agua de ese lago para consumirla, pero entonces ya no será potable. Si las autoridades retrasan la protección del Lago Cocibolca y el Río San Juan, dentro de una década “tampoco podrían ser usados para el ecoturismo”, aseguró Vamman. “Aún no hay emergencia, pero hay que invertir” en la protección de esos recursos acuáticos, sentenció. EL INTERÉS COSTARRICENSE Al Gobierno de Costa Rica le interesa que Nicaragua desarrolle el turismo en el Río San Juan, porque los dos países podrían hacer negocios, dijo Carlos Echeverría. La ciudad nicaragüense de San Carlos “está en un sitio estratégico, muy lindo, pero es muy pobre –explicó–. Si lo convertimos en una zona de desarrollo, vamos a tener un turismo binacional importante”. Junto a la ciudad de San Carlos comienza el Río San Juan y, según el funcionario de la Cancillería costarricense, los turistas que lleguen a su país podrían viajar a sitios turísticos nicaragüenses como las islas de Solentiname o El Castillo en la ribera del San Juan, dejándole más dinero a esa región. Construir el sistema sanitario de la ciudad de San Carlos, que carece de alcantarillas, cuesta un mínimo de 300 mil dólares. La población del municipio de San Carlos fue estimada en 28 mil 600 habitantes, por el censo del año 1995, pero el crecimiento poblacional en esa zona ha sido del 5.6 por ciento anual, más alta que el promedio del país que es de 3.6 por ciento. Mientras, hasta los peces más importantes del Río San Juan podrían resultar afectados si la profundidad del río se reduce más por la sedimentación. Las especies que predominan son el gaspar, el róbalo o calva, el tiburón toro, el sábalo real y el pez sierra, explicó el biólogo Mario Gutiérrez, de la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua. “Los peces comerciales de tallas más grandes se encontraron en la parte alta de la cuenca y los más pequeños en la parte baja”, dijo Gutiérrez, quien sugirió proteger a las especies en la zona de la desembocadura, donde la sedimentación se ha ido concentrando. Las especies que más abundan son el róbalo y el gaspar; y la pesca más frecuente ocurre en las partes alta y media del río. Cerca de la desembocadura del San Juan, el cauce se está ensanchando y ha disminuido la profundidad del río. “El río se está comiendo la costa”, afirmó Daniel Ballesteros, de la Universidad Nacional de Costa Rica. FÁBRICAS DE AGUA Para proteger los lagos y ríos de Nicaragua, convendría que la administración gubernamental se realizara por cuencas hidrográfica, en vez de hacerla por departamentos como ha sido la tradición en el país, sugirió Juan José Romero, coordinador nicaragüense del proyecto Pro Cuenca San Juan. Explicó que la cuenca es “la fábrica del agua” y determina la cantidad y calidad de este líquido, elemental para las condiciones de vida de la población. En Nicaragua hay 21 cuencas hidrográficas, 13 que desaguan hacia el Atlántico y ocho hacia el Pacífico, lo que indica que en la región más poblada hay menos agua que en la menos habitada. “La cuenca es la unidad básica de la planificación y el ordenamiento territorial –dijo Romero–. Es una delimitación natural... Todo el mundo se reúne en función del agua. Es lo que une a la gente, la integra”. El secretario general del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), José Santos Mendoza, declaró que es posible enderezar la administración pública para que vaya acorde con las cuencas hídricas, porque el agua es la riqueza principal del país, pero requerirá de una discusión en el gobierno. En Costa Rica, la gestión gubernamental la realizan en base a las áreas de conservación. NICAS AL OTRO LADO En la cuenca del Río San Juan, en territorio tico, hay 13 mil 787 hogares jefeados por nicaragüenses, que congregan a 44 mil 657 personas: 7.9 por ciento de esos hogares consumen agua obtenida en ríos y quebradas, indica Flacso 37.8 por ciento extrae agua de pozos 73.5 por ciento tienen cobertura eléctrica 43.9 por ciento de los migrantes nicas usa leña y carbón como combustible para cocinar 72 por ciento de esa población trabaja en la agricultura, sobre todo los hombres 67 por ciento de los migrantes nicas realizan labores no calificadas 43.4 por ciento de los hogares tiene excusados o letrinas sin tratar, pero el 16.4 por ciento no tiene servicio higiénico 7.2 por ciento de los hogares bota la basura en el campo o río MENOS PESCA En San Juan del Norte, la desembocadura del Río San Juan, el 95 por ciento de la población dice que ha aumentado la sedimentación del río y en consecuencia su profundidad es menor, indicó Martín Lezama, investigador de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua. Los habitantes de la zona creen que la producción pesquera ha disminuido por la misma razón y han cambiado los puntos de pesca. “Si la langosta desaparece en San Juan del Norte, la comunidad desaparecería porque de eso vive”, advirtió Lezama. La gente de San Juan del Norte, donde Lezama hizo una encuesta, también opina que la contaminación y el aterramiento del Río San Juan es consecuencia de los desechos que lanzan las plantaciones bananeras de Costa Rica y la explotación de maderas en Nicaragua. El delta del San Juan es un hábitat clave para la reproducción de las especies acuáticas migratorias, como el róbalo y la langosta, pero está en crisis por la basura y tierras que la corriente ha venido amontonando allí. El biólogo Manuel Pérez, del Centro de Investigación Pesquera y Acuícola (CIPA) de Nicaragua, cree que la caza de menos peces, por cada pescador, en Río San Juan, puede ser consecuencia de que ahora hay más gente dedicada a la pesca. “Si en 1980 había diez pescadores, en el año 2000 podían ser cien”, señaló. Por otro lado, dijo que asocia más la reducción de la pesca al despale que a la presencia de residuos tóxicos, como plaguicidas, en las aguas del San Juan. Tampoco turismo Los jóvenes que viven en zonas aledañas al Río San Juan, tanto en Nicaragua como en Costa Rica, tienen problemas de empleo por el descenso de la pesca, explicaron la agrónoma nicaragüense Ana Julia Silva y la bióloga costarricense Magally Castro. Aseguran que ha habido una “explotación incontrolada de los recursos marinos” y, por otro lado, “el turismo de pequeña escala y, sobre todo el empleo en este servicio, están perdiendo su lugar”. “El único segmento del turismo que subsiste en medio de la crisis actual es el de mayor escala y propiedad de extranjeros”, dijo Castro. BOTANDO RIQUEZA El Lago Cocibolca echa sobre el Río San Juan un promedio de 465 metros cúbicos de agua cada segundo. Es como si cada segundo lanzáramos al mar 465 cajones, de un metro cuadrado y un metro de profundidad, cargados de agua. El agua que vierte el Cocibolca sobre el San Juan termina en el Mar Caribe. Los especialistas sugieren usarla para consumo de la población o para irrigar cultivos en los próximos años, aunque habrá que sanear el lago y el río.
| |||||||||||||||||
|
|
Inicio | Sobre PROCUENCA | Calendario de eventos | Agencia ejecutora | ||