Título: La sequía en el sur de la provincia sigue mostrando un panorama desolador..
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Argentina - 30/11/2004
Las lluvias de la pasada semana no alcanzaron para que corriera agua que ingrese a las resecas represas
CHEPES (De nuestra agencia). Las lluvias de la pasada semana, tan desparejas en su distribución en el interior departamental como insuficientes, no alcanzaron para que corriera agua que ingrese a las resecas represas, ni para alentar una esperanza de mejoramiento de las pasturas, manteniendo la zona sumida en un verdadero desastre.
La excepción de la constituyó la zona de Desiderio Tello, donde la precipitación fue abundante hasta el anegamiento de sus calles, e intransitabilidad de sus caminos vecinales, que obligó al municipio a reforzar con cuadrillas de peones adicionales, maquinaria y camiones, para volver a la normalidad a la importante población del este departamental.
En cambio, en el sur del departamento, donde la falta de lluvias ha convertido la región desde hace un par de años en zona de desastre, las lluvias todavía no se han hecho presente, con la sola excepción del paraje La Paz, a 35 km al sur de Chepes, donde el agua corrió para dejar algunas represas con más de la mitad de su capacidad, pero que no alcanzará para mucho tiempo.
El panorama sigue siendo desolador, con los campos ardidos por el fuerte sol del verano, las represas mostrando sin contemplaciones, su resquebrajado piso reseco y a sus sufridos pobladores, que claman por una mayor asistencia de forraje, porque el que se distribuye, es considerado insuficiente por los pequeños productores.
ASEGURAR LA PERMANENCIA DEL LUGAREñO
Las obras hídricas inauguradas recientemente por el intendente Claudio Saúl, y las que se encuentran en avanzado estado de ejecución por administración municipal, son quizás el único y aislado intento por mantener a las familias que viven en la zona de desastre, en sus lugares de origen, tratando de frenar un éxodo que en la década pasada, fue casi devastador.
El hombre de campo, el que sobrevive de sus pocas vacas y otras tantas cabras, desvalorizadas por los efectos de la sequía, reclama una mayor asistencia del gobierno que disminuya los enormes esfuerzos que se hacen por mantener en pié sus rebaños, que son el sustento y la base de la economía familiar.
Fuente: El Independiente.com.ar
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