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Título: MAS DE 20 ESPECIES SE EXTINGUIERON O ESTAN EN PELIGRO EN MENDOZA (29/04)(Fuente:Los Andes)
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Argentina - 29/04/2005
El pedemonte y los humedales han sido los sitios más perjudicados. Las lagunas de Guanacache, por ejemplo, son algunas de las áreas más impactadas
Pablo Icardi picardi@losandes.com.ar
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Encontrarse en Mendoza con un yaguareté, o con un aguará guazú (parecido a un perro rojo) hoy es posible sólo en la imaginación. Y la única imagen que se puede lograr es a través de una ilustración. En la provincia esas especies existieron, pero desaparecieron. Lo mismo ocurrió con el venado de las pampas, el huemul y la ranita de Cacheuta (especie endémica).
Todas estas especies son parte de la historia de Mendoza. Esa lista se completa con algunas que están en serio peligro, como el tuco tuco de Guaymallén, el pecarí de collar, el pichi ciego, la tortuga terrestre y varias aves. Así, son más de 20 las especies que están en riesgo o que alguna vez existieron y ya no están en la provincia.
Se pude decir que esa también es parte de la realidad que el hombre “construyó” en la región. Es que la principal causa del retroceso de las especies es la modificación del hábitat, sobre todo con el avance de las ciudades, las zonas cultivadas y los incendios, entre otras. También la cultura de la caza en Mendoza sigue siendo fuerte y afecta principalmente a las aves.
El pedemonte y los humedales han sido los sitios más perjudicados. Las lagunas de Guanacache, por ejemplo, son algunas de las áreas más impactadas. Las desviaciones del río y el uso del agua hicieron que los humedales se transformaran en desierto y así desaparecieron ecosistemas enteros.
El “aguará guazú” es una de las especies desaparecidas de la provincia más nombrada por los biólogos. Era como un perro de pelaje colorado, que habitaba zonas lacustres y pantanosas. Otras de las especies que muchos dan como perdidas y que habitaban el lugar son el bagre otuno y la anguila criolla. Otras vulnerables son el gato del pajonal y el zorro colorado.
“La mayoría de los cambios son culpa del hombre. El avance de la ciudad sin planificación, el sobrepastoreo, la construcción de diques por ejemplo.Todas son acciones que modifican el hábitat de los animales y eso afecta su vida”, explicó la investigadora Claudia Campos, del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza).
Enla Argentina, según los criterios del la Unión Mundial para la Naturaleza, el 22 por ciento de las especies se encuentran amenazadas.Ese organismo tiene distintas categorías según el riesgo que corra cada una. Estas son: peligro crítico (el tuco tuco de Guaymallén está en esa lista), en peligro y vulnerables.
Aunque algunas de las especies en esa lista aparecen como vulnerables, hay quienes creen que tienen un grado de riesgo mayor.
Desaparecidas
“Es difícil decir que una especie está extinguida porque debe pasar mucho tiempo sin que aparezca. Pero sí hay algunas que desaparecen de una zona determinada:por ejemplo en el pedemonte ya es imposible ver choiques y guanacos por el avance de la ciudad”, asegura Flavio Martínez, de Recursos Naturales.
Por su parte, Jennifer Ibarra, de Cullunche, también resalta la afectación que tienen en Mendoza las especies exóticas, que compiten con las nativas y no tienen depredadores. Es el caso del jabalí, que en nuestra provincia causa graves daños. Pero la pérdida de hábitat es el factor principal. Una especie de reptil endémico de la zona sufrió esas consecuencias: “La ranita de Cacheuta era una especie autóctona, ahora en su lugar está el hotel de Potrerillos”, contó Ibarra.
La “inmigración europea” tiene sus consecuencias en la fauna mendocina. En el caso de los peces, los resultados son claros. La trucha arco iris (traída de Europa) ya es emblemática para Mendoza, pero es la causa de que muchas especies locales de peces estén casi desaparecidas; como el bagre del torrente y el otuno. Lo mismo ocurre con algunos cangrejos.
Vale recordar que en la Provincia, la ley 6599 declara como monumento provincial al guanaco (cuya población está en recuperación), al choique petiso, a la liebre mara, al extraño pichi ciego y a la tortuga del cerro El Nevado (es usada como mascota).
Algo a favor que tiene Mendoza es que en las 13 reservas naturales que hay están representados todos los biomas.
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