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Título: MEDIO AMBIENTE: ES UN ESTUDIO DEL HOSPITAL ARGERICH, QUE IMPULSA UN PROGRAMA SANITARIO JUNTO CON LOS VECINOS
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Argentina - 10/11/2004
Detectan en zonas del Sur más de 70 sustancias contaminantes
Están en el Polo Petroquímico de Dock Sud, el Riachuelo, el Parque Indoamericano, cementerios de autos y transformadores con PCB. Buscan establecer su conexión con algunas enfermedades.
Cuando sopla el viento del sudeste, las sustancias contaminantes pueden llegar hasta Flores", dice la doctora Teresa Batallán. Esta médica del hospital Argerich procura hablar en términos claros pero con cautela. El desafío no resulta sencillo: ¿cómo decir que en áreas del sur de la Ciudad hay 70 sustancias químicas puras contaminantes sin que esto pueda leerse como un apocalipsis urbano?
Batallán está a cargo del Area Programática del centenario hospital emplazado en los bordes de La Boca. Hace un año, el Argerich formó un Comité Técnico Comunitario que integran vecinos, especialistas en toxicología y en epidemiología, y representantes de la Secretaría de Salud porteña. Sus tareas —desde charlas de capacitación a profesionales hasta campañas de difusión— apuntan a un objetivo: que en un futuro cercano el Argerich tenga un servicio de salud ambiental.
"Este es el cuadro de situación —explicó Batallán a Clarín—: por un lado, sabemos que en el área, en base a diferentes estudios, conviven 70 sustancias químicas puras contaminantes. También sabemos, porque hay mucha bibliografía, las consecuencias que estas sustancias, sean puras o mezcladas entre sí, causan en los organismos. Y por el otro lado, tenemos que muchos vecinos de la zona Sur llegan al hospital con determinada sintomatología. Debemos unir todo esto para trazar diagnósticos de certeza".
El sur de la Ciudad tiene un maravilloso pulmón verde como la Reserva Ecológica, pero también recibe los aires viciados del Polo Petroquímico de Dock Sud. Y bastante más: "El Riachuelo es una cloaca mayor a cielo abierto", definió Batallán. Otros focos contaminantes —de mayor o menor peligrosidad— van desde el estado en que está Parque Indoamericano, los cementerios de chatarra y basurales, los transformadores con PCB y hasta el absurdo hecho de que la red de tránsito pesado atraviese calles residenciales de La Boca y Barracas (2.800 camiones cada 12 horas). Se está hablando, entonces, de contaminación del aire, del suelo y del agua. "Una canasta de contaminantes", sintetizó Batallán. Este mapa de la contaminación quedó plasmado en un relevamiento que hicieron especialistas junto con los integrantes de un centro de jubilados de la Boca. El mapa es utilizado como instrumento de trabajo en el Argerich.
Plomo, benceno y tolueno son algunos de los contaminantes. La contaminación actúa sobre los organismos a través de los años, por acumulación, por lo que se hace difícil el seguimiento de una enfermedad. Síntomas dermatológicos, neurológicos y respiratorios, dolores de cabeza o alergias son algunos de los deno minadores comunes observados.
En la Secretaría de Salud porteña hay un expediente tramitado por el Argerich. "Necesitamos el nombramiento de especialistas: un equipo profesional (un toxicólogo, un trabajador social, dos médicos, un epidemiólogo y un administrativo), horas docentes y la viabilidad de construir un banco de datos", resumió Néstor Hernández, subdirector del Argerich, quien aclaró que "en el hospital, con nuestras limitaciones, seguimos trabajando para institucionalizar este tipo de servicio".
Entre los pasos ya dados figuran tres preguntas agregadas al interrogatorio de la historia clínica: "Consultando dónde vive, qué sintomatología tiene y si está en contacto con algunos contaminantes, ya podemos seleccionar a ese paciente y derivarlo a los profesionales que vienen trabajando en este tema", afirmó Hernández. La creación de un servicio de salud ambiental permitiría contar con un banco de datos fundamental para el seguimiento de las historias clínicas.
"En el complejo Catalinas, en La Boca, hicimos un sondeo y encontramos que cuatro edificios que dan a un frigorífico que emanaba determinadas sustancias tienen una incidencia de patología oncológica muy alta. Los indicios son fuertes pero falta para tener la certeza científica", contó Batallán. La centralización de un servicio de salud ambiental en el Argerich posibilitaría unir esfuerzos profesionales, pero también facilitaría los tratamientos.
Este es el caso de María del Carmen, vecina de Villa Inflamable, Dock Sud. No puede pagar los colectivos para ir un día al Argerich, otro al Elizalde y después al Garrahan. Tres hijos de María del Carmen presentan síntomas de enfermedades vinculadas con la contaminación.
Fuente: Clarín.com.ar
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