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Título: BUENOS AIRES: EL AGUA DEL RIO CURACÓ NO DEBERIA LLEGAR AL COLORADO (19/01)(La Nueva Provincia)
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Argentina - 19/01/2007
Las autoridades pampeanas hicieron la aclaración después que se conociera la decisión de romper un tapón que retenía los caudales en la zona de los bañados de La Amarga
El agua que ha comenzado a escurrir por el río Curacó, en el centro sur del territorio pampeano, no debería llegar hasta el cauce del Colorado.
La aclaración corrió por cuenta de las autoridades de la secretaría de Recursos Hídricos, como respuesta a la preocupación que se había generado, tanto en Río Negro como en Buenos Aires, ante la posibilidad de que la alta concentración salina de esos caudales termine afectando a sectores de producción y consumo humano.
El tapón existente, desde hace años, en la zona de los bañados de la laguna La Amarga se rompió el martes pasado, por decisión del propio gobierno pampeano.
"Respondimos al insistente pedido de los productores (ganaderos) de la región, ante la pronunciada sequía que se advierte en la actualidad", comentó Juan Pablo Morisoli.
Este, y otros funcionarios, presenciaron la eliminación del talud de tierra, con lo que comenzó a escurrir, en principio, un metro cúbico por segundo por un lecho de piedra que se va encajonando paulatinamente hasta la unión de los ríos en la zona de Pichi Mahuida.
La noticia tomó por sorpresa a las autoridades del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado, quienes, si bien estaban al tanto de la posibilidad, no sabían que se había tomado la decisión final.
"La Pampa es soberana para hacer lo que hizo. Pese a que el taponamiento se concretó de común acuerdo entre las provincias ribereñas del Colorado y con aprobación de ellas, me parece que para retirarlo tendría que haber seguido un paso similar", sostuvo el titular del COIRCO, Miguel Boyero.
Coincidió con los funcionarios pampeanos, en el sentido de que el agua del Curacó difícilmente se una a la del Colorado, río, este último, que hoy tiene un elevado caudal de unos 370 metros cúbicos por segundo, en muy lenta bajante.
Desde La Pampa, Morisoli puntualizó que el tema había sido planteado por el ingeniero Carlos Verna (gobernador pampeano), durante su presencia en Bahía Blanca, con motivo de los 30 años del COIRCO.
No obstante, se insistió que ahora se respondió a un pedido especial de los ganaderos.
Si bien el agua que escurre tiene un altísimo tenor salino, la gente de Recursos Hídricos dijo que puede ser consumida por la hacienda en condiciones extremas como la generada por la pronunciada sequía actual y la sucesión de temperaturas superiores a los 30 grados.
Desde la apertura hasta el Colorado median unos 110 kilómetros.
El taponamiento del Curacó en la zona de los bañados de La Amarga se hizo a mediados de la década del 80, en medio de una inundación pronunciada.
Otra de las intenciones de los pampeanos es proyectar una serie de compuertas, de manera de crear un sistema que permita un mejor manejo de los excedentes de agua que pudiera haber.
"Los productores reclamaron y accedimos" aseguró el ingeniero Néstor Lastiri, responsable de Políticas Hídricas de La Pampa.
Admitió, también, que el agua retenida se evapora y por lo tanto crece la salinización y termina sin ningún tipo de posibilidades de uso.
En algunos ámbitos de Río Negro y Buenos Aires la decisión había creado preocupación, por la posibilidad de que se termine afectando (con la salinización de las aguas del Colorado) zonas en producción y poblaciones que consumen agua de ese cauce.
En dos trazos
¿Un toque de atención?
La decisión unilateral del gobierno pampeano de romper el tapón del Curacó, en territorio propio, no deja de constituir un llamado de atención para otras provincias con las que comparte el cauce del Colorado y, quizás, para el propio gobierno nacional.
Ocurre que tras la frustrada reunión de los gobernadores y el ministro del Interior, el 26 de octubre en Bahía Blanca, en ocasión de los 30 años del COIRCO, los pampeanos no recibieron ninguna señal más que sirviera para analizar un tema que ya los trauma: la posibilidad de que Mendoza entregue aguas en forma permanente a través del Atuel.
Se habló, inclusive, en aquella oportunidad, de un encuentro a solas, en Buenos Aires, entre Aníbal Fernández y los dos mandatarios litigantes: Julio Cobos (Mendoza) y Carlos Verna (La Pampa).
Sin embargo, la reunión nunca se realizó.
Después, los propios mendocinos extendieron su euforia hablando de la licitación de la represa Portezuelo del Viento y del trasvase de aguas del Colorado al Grande, para tener, a futuro, caudales como nunca sin hablar --una constante-- de compartir los excedentes hacia el sediento oeste pampeano.
En otro extremo, el propio intendente bahiense Cristian Breintestein pensaba en utilizar aguas del río Colorado para consumo y la gente de Villarino se "prendía" con la vieja idea del riego para el norte de ese distrito.
¿Y nosotros? se han venido preguntando los pampeanos.
Hasta que llegó la idea de Verna de "plantarse" y llamar la atención.
Porque si el Curacó mezcla sus aguas con las del Colorado, estas pueden salinizarse y perjudicarse zonas de riego y consumo y la situación se complicará.
Hoy por hoy, pareciera, que esta es, para los pampeanos, la única forma de que otras provincias, como Río Negro y Buenos Aires, se sumen a la idea de empezar a tratar temas en común, como los ríos, e interesen al propio Estado nacional de manera de sacar a Mendoza de su prolongado estado de indiferencia.
Quizás la sangre no llegue al río ni las aguas del Curacó a las del Colorado, pero el toque de atención está puesto.
Tras la rotura del tapón, algunos han recibido el mensaje pampeano.
Después de tantos años de reclamos, es hora de alguna vez se empiece a pensar en una respuesta...
David Roldán/"La Nueva Provincia"
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