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Título: EL RECURSO ES RARO, IRREGULAR Y MAL DISTRIBUIDO
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Argentina - 01/10/2004
En efecto, el agua, de toda índole, es abundante en nuestro planeta, pero la mayor parte de su reserva está compuesta de agua marina y hielo: paradójicamente el agua dulce continental líquida es un recurso globalmente raro que se encuentra principalmente en los acuíferos.
Si se hace caso omiso de los acuíferos fósiles, los recursos de agua dulce renovables se integran en el "ciclo del agua" y corren en un flujo, el cual está limitado por la cantidad de precipitaciones recibida por cada continente, y regresa hacia los océanos o se evapora.
Estos recursos están muy desigualmente distribuidos entre los continentes y entre los países, incluso entre las regiones de un mismo país.
Si sólo se considera la tierra firme, su flujo puede variar de 1 (Australia) a 15 (América del Sur). La gigantesca cuenca del río Amazonas representa el 15% de los flujos globales.
Claro está que existen grandes diferencias entre las zonas áridas o semiáridas, quizás con ríos bastante importantes, y las zonas ecuatoriales y tropicales o incluso las de clima oceánico, con una red hidrográfica densa y ramificada.
En ciertas regiones insulares o países áridos, la desalación de agua salobre o marina ya es una obligación, con una reutilización intensiva de las aguas residuales tratadas para el riego o la recarga de acuíferos.
También, cabe señalar que más de 215 grandes ríos internacionales han sido contabilizados en el mundo, y que sus cuencas vertientes cubren más del 47% de la tierra firme.
Además, los recursos son muy irregulares según los años y varían mucho según las estaciones en un mismo año.
El caudal de los ríos es muy variable según la estación y, así, el significado de una cifra que represente el flujo anual cambiará fundamentalmente si el régimen del río es natural o regulado.
En el mismo orden de ideas, una gran parte del volumen de agua se derrama durante las crecidas y no puede ser totalmente contenida en embalses, cuando éstos existen. Esta parte que se derrama, escapa así, a toda posibilidad de control y de administración e incluso, puede ser un vector de inundaciones catastróficas. Sin embargo, en las zonas áridas, el represamiento de crecidas puede ser una solución ideal para los agricultores locales que, las más de las veces, lo controlan perfectamente.
Por el contrario, una serie de años secos o sencillamente inferiores al promedio puede crear una situación de escasez, hambre incluso, en ciertas regiones que, habitualmente, están dotadas convenientemente en agua, o por lo menos de una manera soportable.
Además, presunciones científicas adicionales confirman la tesis de que el clima no sería estacionario, sino que nos hallamos en una fase de cambio climático caracterizado por un recalentamiento global con efectos significativos en el ciclo del agua. Frente a esta incertidumbre, la prudencia nos lleva a considerar que, en el futuro, el estado de los recursos hídricos de una región o de un país, no será necesariamente el mismo que hoy.
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