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Título: Canales ilegales pondrían en peligro el ecosistema del Iberá
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Argentina - 22/10/2004
La entidad conservacionista elevó un pedido de informe al ICAA sobre unos riachos construidos por cinco cabañas de la zona. Hasta ahora la requisitoria no ha sido respondida como tampoco se han adoptado medidas sobre el particular. El nivel de degradación e impacto ambiental sería importante.
La construcción irregular de cuanto menos cinco canales artificiales realizados por cabañas y empresas privadas que explotan el turismo en los Esteros del Iberá, estarían poniendo en serio riesgo el ecosistema del lugar; así lo denunciaron
organizaciones ecologistas y lo admitieron de forma extraoficial funcionarios provinciales que tomarán cartas en el asunto.
Las obras fueron concretadas en forma ilegal, es decir sin autorización ni estudio alguno, han sido advertidas por la Fundación Ecos, por lo que la entidad presentó un pedido de investigación al Instituto Correntino del Agua y el Medio Ambiente (ICAA).
De acuerdo a lo expuesto por “Ecos”, los desagües realizados en la zona sur del Iberá, en cercanías de la ciudad de Mercedes, entre las rutas 12, 118, 123 y 40, estarían imposibilitando el normal drenaje de las aguas, provocando alteraciones en el regulador natural de ese ecosistema, que fue declarado por organizaciones internacionales como uno de los humedales más importantes del mundo.
Estos canales no son nuevos. Cuatro de ellos datan de unos cinco años, aunque precisó “Ecos” que actualmente se está construyendo uno nuevo en la salida del arroyo "Salobre", al oeste de Capivarí, en cercanías de la laguna Sucia. Esto represaría corrientes hídricas de considerable magnitud.
Las precarias construcciones, que también comprenden terraplenes, fueron erigidas sin ningún tipo de permiso por empresas privadas que funcionan a modo de cabañas (lodges) donde turistas, especialmente extranjeros, realizan las más variadas actividades: desde la observación de aves y fauna silvestre hasta la pesca con mosca, única modalidad que está permitida dentro de las aguas del Iberá siempre y cuando sea con devolución.
Respuestas oficiales
Estas obras no fueron habilitadas por ninguna de las dependencias gubernamentales competentes en esa área. Así lo reconoció el director del ICAA, Mario Rujana, quien en diálogo con “época”, admitió la existencia de los mencionados canales. “Ninguna de la cabañas pidió autorización, ni mucho menos cumplimentaron con los requisitos indispensables para concretar obras de esta envergadura” aseguró.
Rujana advirtió que irán “en los próximos días a investigar lo hecho en el lugar, pediremos carpetas técnicas sobre las obras hídricas y ejecutaremos estudios, si estos dan cuenta de que los canales representen algún tipo de peligro para el Iberá, se producirá la destrucción de los mismos inmediatamente”. “En caso de que no sea así, se le dará un tiempo prudencial a las empresas para que justifiquen con evaluaciones de impacto ambiental, la concreción de las obras de desagües” culminó el funcionario.
La Fundación “Ecos” envió una nota el pasado 20 de abril al ICAA en la que solicitaban un pormenorizado informe sobre estas construcciones, pero hasta ahora aún no han recibido respuesta oficial, si bien es cierto el organismo público no se encuentra jurídicamente obligado en responder la requisitoria.
Las construcciones se habrían realizado como consecuencia de que las zonas donde se encuentran los mini puertos, desde donde zarpan las lanchas con turistas, se quedaron sin agua, lo que complicó el negocio de las cabañas.
Organizaciones ecologistas aseguran que las tan promocionadas actividades deportivas no lo serían tanto, pues moradores de la zona habrían notificado que los peces que son extraídos en el lugar no serían devueltos a las aguas, sino llevados por los pescadores.
Daños
Este accionar, que según el informe de “Ecos” afecta directamente a las comunidades animales y vegetales que habitan en la zona, produce daños en la dinámica de la cuenca hídrica, tanto que hacen adoptar formas de diques a las grandes superficies de los esteros.
Asimismo, por su forma transversal dificultan el escurrimiento natural del Iberá. Esto trae aparejado que se formen represas de miles de hectáreas, generando los trastornos detallados.
La conservacionista Elizabeth Gutiérrez, asegura que el sistema de desagües de los esteros del Iberá se concreta por dos canales. Uno de ellos es el río Corriente hacia el río Paraná y el otro es por el río Miriñay hacia el Uruguay.
La presa artificial formada en los dos canales modificaría uno de esos drenajes (al Paraná) y paralelamente se represaría a parte de los Esteros, con cambios para la fauna íctica.
Los accesos a arroyos y lagunas, cuya construcciones no son recientes, “están ubicados en forma transversal al escurrimiento natural del Iberá y se ha condicionado una pista de aterrizaje aterraplenada en pleno valle de inundación, lo que modifica el comportamiento del agua en toda la cuenca”, explicó la especialista que visitó el lugar y registró los hechos. “Es tan plano el relieve, que el terraplén construido actúa como el paredón de un dique, represando miles de hectáreas. Se puede decir que el impacto es homólogo a la construcción de un represa de 100 metros sobre un río de montaña”, agregó.
Por su parte Rujana admitió que en la temporada veraniega pueden haber graves problemas con estas obras por la falta de agua que se pronostica para la zona.
Fauna en peligro
Los últimos relevamientos realizados en la zona indican que es diferente la composición íctica en las zonas norte y sur de los esteros, en el primero de los casos -donde están ubicadas las lagunas Iberá y Galarza- está compuesta por peces residentes, más bien pequeños y sin la presencia de especies típicas como el dorado, que sí están en el otro sector.
De los cinco canales, uno sólo -el Pirá lodge- no cortaría transversalmente el cauce. Todos los demás estarían afectando la flora y fauna nativa, ocasionando cambios en la dinámica hídrica de los esteros y en los casos en donde el canal se conecta con sistemas hídricos de la barranca, se aceleraría el ingreso de nutrientes y residuos a este sistema que algunos identifican como el "viejo cauce del Paraná" (algunos lechos "abandonados" por el "gran río" forman parte de la red de humedales correntinos).
Fuente: Diario Epoca
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