Excelentísimo señor Embajador Enrique Castillo, Presidente del Consejo Permanente;
Distinguidos Representantes Permanentes y Representantes Alternos;
Secretario General, señor José Miguel Insulza;
Distinguidos Observadores Permanentes;
Damas y caballeros:
Señor Presidente, en primer término quisiera expresar mi agradecimiento a Vuestra Excelencia y a los distinguidos Miembros del Consejo Permanente por darme la oportunidad de hacer una reflexión sobre los desafíos y logros de los últimos cinco años, y compartir mi visión para esta institución.
Aunque soy ciudadano de la República de Suriname, tengo el privilegio, una vez más, de dirigirme al plenario como candidato de la Comunidad del Caribe. Los Jefes de Gobierno de CARICOM refrendaron unánimemente mi nominación en julio de 2009. Otros Estados Miembros de esta Organización también han ofrecido su total apoyo a mi nominación y por ello, con vuestra venia, aprovecho la oportunidad para expresar mi gratitud por el apoyo generalizado y los votos de confianza que he recibido hasta ahora.
Presentación de candidatura
Este día presento mi candidatura para un nuevo período como Secretario General Adjunto, siendo poseedor de un historial de logros y patente compromiso con esta Organización y los ciudadanos de nuestro Hemisferio. Con el deseo de escuchar, tomar decisiones y, cuando se requiera, actuar en colaboración con otros, acepto con beneplácito la oportunidad de concluir las tareas que he emprendido.
Asimismo, quisiera también expresar mi agradecimiento al Secretario General, José Miguel Insulza, por su colaboración durante el tiempo que he estado en funciones. Agradezco también los leales esfuerzos del personal inmediato a mi cargo y el apoyo del personal dedicado de la Secretaría General y sus organismos afiliados como la Fundación para las Américas, Jóvenes Empresarios de las Américas y la Fundación Panamericana de Desarrollo, las cuales han contribuido al éxito de nuestros esfuerzos.
En el transcurso de los últimos quince años, he tenido el privilegio de ocupar diferentes cargos dentro de la Organización de los Estados Americanos: como diplomático, asesor político y funcionario electo. He sido testigo y parte de muchos procesos y acontecimientos que han puesto a prueba el temple de esta Organización, demostrando así su verdadero valor. Durante muchas décadas he sido un apasionado de los principios, valores y trabajo de esta Organización: su compromiso con la democracia y las libertades fundamentales, y la promoción de la igualdad, la paz y el desarrollo. Además, desde mi elección en junio de 2005, he trabajado continuamente para establecer nuevas relaciones de cooperación a fin de promover estos principios y valores. También he promovido la acción en común para alcanzar resultados tangibles, como la mejora del nivel de vida de los pueblos de las Américas.
Mi visión para los próximos cinco años tiene como eje directriz la visión y los ideales de muchas personas, pero en particular los de Simón Bolívar. He hecho pública mi convicción de que como lugar de confianza para consultas, negociaciones y relaciones de colaboración, la OEA desempeña un papel decisivo en las Américas. Dado el entorno institucional para el diálogo y la consulta que impera en la actualidad y el que se vislumbra para el futuro en las Américas, creo que la OEA es un organismo indispensable pues sigue siendo la única entidad política en el Hemisferio que tiene un amplio mandato para fortalecer la paz y la seguridad en el Continente y para facilitar la acción en común a fin de hacer frente a muchos desafíos de naturaleza transfronteriza que enfrentan nuestros países.
Logros
En los últimos dos meses, nuestro Hemisferio ha sufrido los embates de la naturaleza, como los devastadores terremotos ocurridos en Chile y Haití. La OEA ha desempeñado un importante papel al facilitar el aprovechamiento y coordinación de las operaciones de socorro inmediatamente después de que tales desastres ocurrieran. Sin embargo, esta Organización está llamada también a desempeñar un papel crucial apoyando a los gobiernos durante estos momentos de crisis con el fin de garantizar la continuidad de las funciones de gobierno y el Estado de derecho.
Por esta razón, en los últimos cinco años he prestado mucha atención al tema de la respuesta en casos de desastres naturales y la mitigación de los mismos. Continuaré trabajando sin descanso con las instituciones interamericanas, como el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Panamericana de la Salud, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, la Junta Interamericana de Defensa y otras entidades afiliadas, con el fin de mejorar los mecanismos de respuesta y socorro así como la gestión de riesgos y la reducción de la vulnerabilidad.
Uno de los momentos más difíciles para mí como Secretario General Adjunto se presentó hace pocas semanas. Habiendo trabajado con el Gobierno y pueblo de Haití durante más de una década y habiendo sido testigo de primera mano de su resistencia y determinación al triunfo pese a las adversidades, quedé profundamente consternado ante la magnitud de la tragedia y el gran número de pérdidas humanas. Sin embargo, tomé ánimos al observar la inmediata y abrumadora respuesta que ofrecieron los Estados Miembros a esta necesitada nación hermana. Además, tras sobrevolar Port-au-Prince y otras áreas afectadas, pude hablar con la gente en las calles y con los socorristas, y todo ello me recordó la importancia de la OEA y de su liderazgo político. Al salir de Haití me sentí con renovadas energías para aprovechar el cargo para el cual fui elegido a fin de aportar un elemento significativo que logre cambiar la vida del pueblo haitiano y de los pueblos de las Américas.
Como Presidente del Grupo de Amigos de Haití y del Grupo de Trabajo sobre Haití, me he esforzado por cumplir nuestro compromiso con Haití ofreciendo un apoyo concreto para mejorar la coordinación sobre políticas, planeamiento y movilización de recursos, armonizando la asistencia internacional con las prioridades del Gobierno y pueblo de Haití, y manteniendo del apoyo internacional a dicho país. Todo ello ha llevado a la creación de un programa interamericano para Haití, el cual constituye el primer esfuerzo de colaboración estructurada entre todos los organismos y donantes interamericanos para brindar apoyo a este país. Haití debe seguir ocupando un lugar primordial en la agenda política de esta Organización, y es nuestra obligación seguir promoviendo la causa de su necesitado pueblo en el ámbito internacional.
Contando cada desafío y éxito, no sólo avanzamos hacia una mayor colaboración y alianza sino que también fortalecemos nuestras democracias. Reconozco que la democracia no siempre es perfecta pero creo firmemente en su causa y en el gobierno democrático. Por esta precisa razón me sentí honrado al ser designado Jefe de Misión para varias misiones de observación electoral. Al realizar dicha encomienda tuve el honor de observar procesos electorales y facilitar el diálogo político entre los principales actores tanto antes como después de los mismos.
Desde mi elección, he dedicado mis esfuerzos a renovar la visibilidad política y la atención al pilar del desarrollo de esta Organización. He encabezado el diálogo sobre la reforma para el desarrollo dentro de la Organización pues estoy convencido de que así se dará énfasis a las prioridades políticas de la agenda de desarrollo dada la estrecha relación que existe entre democracia, desarrollo y seguridad. He trabajado con los Estados Miembros para dar prioridad a la educación, la juventud y la cohesión social como elementos esenciales del desarrollo sostenible. En este orden de ideas, quisiera mencionar dos particulares logros:
En primer término, el establecimiento de una alianza educativa interregional en la que participan escuelas y universidades del Caribe y Centroamérica, misma que esperamos se extienda al resto del Continente.
En segundo término, la creación del Grupo Interdepartamental sobre la Juventud, el cual es responsable de la elaboración de una estrategia destinada a lograr la inclusión del tema de la juventud en la agenda de la OEA.
Compromiso con la participación y la eficacia
Si bien me agrada hablar sobre lo que hemos logrado juntos en los últimos cinco años, considero que es importante concentrarnos en lo que ha de venir. En esencia, creo que nuestra Organización debe concentrar su atención en las tres pes: los pueblos, la paz y la prosperidad. Los pueblos de las Américas esperan que las deliberaciones que tengan lugar aquí y en la Asamblea General den como resultado decisiones y acciones que tengan un efecto directo y positivo en su día a día. Debemos estar a la altura de tales expectativas.
Puede ser que las oportunidades y desafíos que enfrentemos en el futuro sean tal vez más complejos en la medida en que nuestras naciones y nuestra región se integran más a la comunidad global. Con el surgimiento de nuevas formas de comunicación y el establecimiento de nuevas estructuras, los problemas que enfrentemos afectarán a más de un país y ello requerirá una respuesta coordinada.
Permítanme ahora presentarles unas cuantas áreas que creo son esenciales para el sostenimiento de gobiernos democráticos y para asegurar un futuro mejor, más próspero y pacífico para las siguientes generaciones de ciudadanos.
I. Medidas de siguiente generación para fortalecer y arraigar la democracia:
a) Empezaré con lo que, en mi opinión, es la necesidad de medidas de siguiente generación si se me permite usar este término para fortalecer y arraigar la democracia. Uno de los propósitos fundamentales de la OEA, según ha quedado manifestado en su Carta es “promover y consolidar la democracia representativa...”. Y a sesenta y dos años de su creación, todos los Estados Miembros activos tienen gobiernos que han sido elegidos democráticamente. Este debe verse como un triunfo importante de la Organización. La democracia ha creado un espacio valioso para el diálogo entre los sectores público y privado y ha dado lugar a una mayor inclusión, particularmente de los grupos tradicionalmente marginados.
b) Creo que es hora de empezar a hablar de las “medidas de siguiente generación” para fortalecer la democracia y el gobierno. Renovados esfuerzos para fortalecer y modernizar las instituciones del Estado. Nuevas medidas que incorporen los derechos humanos como parte fundamental de la educación y del gobierno. Nuevas perspectivas para la modernización de los sistemas y partidos políticos y para el intercambio de prácticas óptimas. Medidas de siguiente generación que hagan énfasis en el desarrollo integral como parte fundamental del fortalecimiento de la democracia. Estrategias de amplio alcance que presten particular atención a las economías vulnerables y que no pierdan de vista el potencial y aspiraciones de nuestros ciudadanos.
c) La OEA debe unir sus esfuerzos a los de los Estados Miembros para buscar la forma de mejorar la transparencia y crear mecanismos reales y efectivos a través de los cuales el ciudadano común pueda tener una voz. El uso más eficaz de nuevas tecnologías para promover una mayor participación de los ciudadanos es otro elemento importante de estas medidas de siguiente generación. Cada uno de los gobiernos está haciendo un esfuerzo por escuchar a sus ciudadanos para así incorporar sus puntos de vista en las tomas de decisiones. De igual forma, la OEA debe buscar la colaboración de la sociedad civil y de la comunidad empresarial para así beneficiarse de sus puntos de vista.
d) La modernización y afianzamiento de nuestras democracias es esencial y estas medidas de siguiente generación serán necesarias para mantener y hacer rendir las ganancias obtenidas.
II. Promoción del desarrollo a través de la educación y el desarrollo de capacidades:
a) Mientras nuestro Hemisferio retoma un lugar más competitivo en la comunidad internacional, creo que la OEA debe asignar más prioridad política a la agenda de desarrollo. Entre otras cosas, debemos dar prioridad a la educación como elemento esencial para el desarrollo sostenible. Creo firmemente que necesitamos adoptar una nueva perspectiva que sea verdaderamente multilateral y transformadora en su naturaleza. Una perspectiva que no sólo haga énfasis en el comercio y tratados conexos sino que también tome en cuenta las necesidades particulares de las países en diferentes etapas de desarrollo, fomente el desarrollo de capacidades y aproveche los beneficios de la ciencia y la tecnología para hacer frente a la globalización de nuestras economías, la amenaza del cambio climático y la reducción de la pobreza. Nuestra capacidad para cosechar los beneficios de la globalización dependerá de la flexibilidad de nuestras sociedades para adaptarse a los cambios en la industria y los mercados laborales, particularmente en un entorno de intensa competencia internacional y avances tecnológicos.
b) Debemos reconocer que la educación es un agente importante del cambio y un instrumento para la generación del conocimiento. Por lo tanto, debemos dedicar más atención al tema de la juventud en riesgo, a la promoción de programas de capacitación y asesoría, y la actividad emprendedora. Creo que necesitamos invertir más en la mujer y la juventud. Estos dos grupos son clave si pretendemos poner fin al ciclo de la pobreza que se hereda de una generación a otra.
c) Si no tenemos éxito en hacer frente a los desafíos educativos y de capacitación, entonces el crecimiento económico, la productividad y la competitividad se verán afectados de manera adversa. Más bien, debemos fortalecer la red educativa interregional para compartir conocimientos, experiencia y capacitación bilingüe. Estas alianzas serán decisivas para formar un cuadro de nuevos líderes en las Américas que se hayan beneficiado de estas experiencias educativas interculturales.
III. Seguridad y mantenimiento de la paz
a) Estos nuevos líderes de los sectores público y privado estarán mejor preparados para enfrentar toda la gama de amenazas tradicionales y no tradicionales a la seguridad, muchas de las cuales no respetan fronteras. La naturaleza transfronteriza de nuestros desafíos actuales tales como la delincuencia, el terrorismo, la degradación del medio ambiente y los desastres naturales hacen imperativa la colaboración entre los países del Hemisferio.
En este contexto, creo que los gobiernos deben buscar la mejor forma de crear las condiciones para la estabilidad y la seguridad a través de un modelo de seguridad más amplio en el que se dé prioridad a las necesidades sociales y económicas de los ciudadanos. Propongo una mayor cooperación con respecto a la reforma jurídica, la aplicación de las leyes y el intercambio de información.
b) Dentro del marco de la seguridad multidimensional, nuestros esfuerzos deben incorporar el mantenimiento de la paz a fin de atacar las fuentes de conflictos en una forma más estructurada.
c) Creo que debemos conservar nuestro compromiso para luchar contra las drogas ilegales, la trata de personas, el tráfico de armas, la delincuencia organizada y el terrorismo. Sin embargo, creo que también debemos prestar mayor atención al creciente desafío que representan la delincuencia y la violencia, las cuales constituyen una amenaza para la seguridad de nuestros ciudadanos. Si debemos encontrar soluciones reales, es importante que no sólo nos concentremos en el cumplimiento de las leyes como una respuesta a corto plazo sino que también debemos:
entender las causas subyacentes de la violencia y el delito,
establecer mecanismos amplios y coordinados para la intervención en todos los niveles, y
diseñar, desarrollar y promover métodos para prevenir la violencia en colaboración con los gobiernos, el sector privado, las familias, las escuelas y las comunidades.
d) Creo que debemos emplear una diplomacia preventiva como una herramienta eficaz para ayudar a los Estados Miembros a dirimir sus controversias antes de que se conviertan en mayores conflictos. Considero que los funcionarios elegidos de esta Organización deben tener la responsabilidad y obligación de lograr la participación de gobiernos y de un amplio espectro de actores en los instrumentos existentes. Este proceso de participación es esencial para que podamos responder plenamente ante este órgano político a la hora de tomar decisiones informadas en situaciones difíciles o de crisis.
IV. Modernización y fortalecimiento de la institución:
a) Si la Organización ha de ser capaz de responder de manera decidida a los desafíos que enfrenta, el futuro entonces requiere una OEA renovada y fuerte. Dadas las circunstancias actuales y con los principios y valores que ha adoptado, la OEA del siglo XXI deberá ser más ágil para responder al sinnúmero de ideas, nuevos estilos de liderazgo y cambiantes necesidades y prioridades de sus Estados Miembros. Esta nueva filosofía debe hacer énfasis en los pueblos y los ciudadanos de las Américas.
b) Propongo que demos un nuevo y mayor énfasis al multilateralismo, la creación y fortalecimiento de relaciones de cooperación con instituciones regionales e internacionales y con los Observadores Permanentes. En nuestro afán por fortalecer a la OEA, también debemos revitalizar el sistema interamericano y fortalecer la colaboración entre sus principales instituciones. Sin embargo, para lograrlo, una cooperación genuina debe ser la base de nuestra integración hemisférica y proceso de desarrollo.
c) Como lo dije en 2005 cuando me postulé por primera vez para este cargo, “las dificultades financieras a las que se enfrenta ahora la OEA requieren atención urgente y especial, y merecen una solución permanente y satisfactoria ahora y no después.” Este requerimiento es incluso más urgente en la actualidad. Es posible presentar y analizar varias opciones, incluso una revisión del sistema de cuotas, la búsqueda de más fondos de otros participantes de la OEA para destinarlos a fondos especiales y de aquellos países y organizaciones que estén dispuestas a financiar la implementación de los principios y objetivos que compartimos. En mi opinión, se requerirá creatividad, decisiones audaces y relaciones de cooperación para alcanzar el éxito.
d) También creo que es tiempo de ampliar y afianzar la red de instituciones aliadas de esta Organización. En el futuro necesitaremos trabajar más de cerca con los grupos subregionales, la sociedad civil y el sector privado. Tengo el placer de decir que durante los últimos cinco años, gracias al firme compromiso y apoyo a los órganos políticos, logramos que la OEA se acercara más a los pueblos de las Américas.
e) Durante este período, hemos colaborado estrechamente con los Estados Miembros para ampliar el ámbito de influencia de la Organización. La participación de la Biblioteca Colón en la World Digital Library ha abierto una nueva línea de comunicación que hace que las importantes deliberaciones y decisiones de la OEA, así como su historia, estén al alcance de millones de personas que regularmente acuden a este sitio.
f) Las Oficinas de la OEA en los Países también deberán desempeñar un papel importante en la labor de extensión de la Organización. Durante los últimos cinco años, nos hemos esforzado por mejorar el perfil representativo de la OEA. Este proceso de revitalización comenzó en 2006 con una reunión de todos los Representantes de la OEA —la primera en más de dieciocho años— para intercambiar información, elaborar una estrategia coherente y ofrecer dirección política. Me complace informar que también hemos comenzado un proceso de rotación con el fin de ofrecer la mayor calidad de trabajo y resultado a los Estados Miembros.
g) En este sentido, considero que nuestra gestión de los recursos de la Organización y la confianza de nuestros ciudadanos revisten una importancia fundamental. Incluso antes de la crisis económica, mi oficina inició un proceso de racionalización. En ese momento creí, y ahora estoy aún más convencido, que podíamos mejorar los servicios a los Estados Miembros. Comenzamos un proceso para modernizar los servicios y aumentar el uso de la tecnología durante las reuniones del órgano político y para las comunicaciones regulares. Ese proceso, que comenzó en 2007, ha significado un ahorro en viajes y un aumento de la productividad. Igualmente importante es el hecho de que hemos democratizado el acceso y acercado la OEA a la gente. Mediante el uso de nuevas tecnologías, los ciudadanos de las Américas tienen mayor acceso a la Organización y actualmente pueden participar virtualmente en las reuniones que tienen lugar en Washington desde sus propios países. Asimismo, hemos logrado importantes ahorros en recursos mediante la promoción del uso de tecnologías en la gestión de reuniones, reduciendo a su vez el impacto sobre el medio ambiente. La Secretaría ha reducido el uso de papel en más del 75%. Si se renueva mi mandato, me comprometo a eliminar por completo el impacto ambiental de nuestras reuniones.
Declaración de compromiso
Permítanme concluir reiterando que, si se renueva mi mandato, me dedicaré por completo a esta Organización, sus Estados Miembros, el personal que trabaja en este organismo y todos los ciudadanos del Hemisferio.
A medida que avanzamos, la OEA debe conservar su dinamismo, perspicacia y capacidad de evolucionar sin perder de vista sus valores fundamentales. Será particularmente importante para este organismo preservar su integridad política e institucional mediante resolución y acción política, así como su eficiencia operativa. Me comprometo plenamente a trabajar por un Hemisferio unido en el que todos los Estados Miembros se esfuercen mancomunadamente en pos del desarrollo de nuestros pueblos.
Señor Presidente, miembros del Consejo Permanente, aguardo con interés recibir su apoyo y aprobación. Poseo la experiencia, el compromiso y la visión para ayudar a guiar el futuro de esta Organización y continuar trabajando bajo vuestra dirección en el fortalecimiento del sistema interamericano.
Agradezco su atención y espero contar con la oportunidad de continuar sirviendo a los gobiernos y los ciudadanos de las Américas.